Pontifica, pontificador. Pronto encontrarás un espejo

Llevamos años siendo aleccionados por Hollywood, entre otros tantos temas afines a los intereses de bajada de línea de la Casa Blanca, acerca de las desventajas de vivir en un país bajo el yugo de la ley de la Sharia:

  • Te pueden condenar a azotes por mirar feo a cualquiera.
  • Te pueden sacar los ojos si le miras las «regiones pudendas» a alguien, y esas regiones incluyen un área de 1 km a la redonda.
  • Te mandan a vestir un montón de ropa y además una tienda de campaña que cubre todo por encimita, no sea que alguien se entere que tienes piel. Y en esos países en que la temperatura promedio son 40º, debe ser torturante.
  • Te descuadran a pedradas si el viento te vuela la tienda de campaña (o si te cepillas a un vecino).
  • Tienes que escuchar a una jauría de gordos bienintencionados pontificar cómo alguien se está cepillando tus derechos humanos, y vives bajo un régimen poco humanitario, etc.
  • Analizas 10 minutos y ves que los mismos imbéciles pontificadores perpetran burradas semejantes a las que acusan, bajo excusas lógicas igual de inverosímiles, con el mismo desparpajo de un jeque (los fueros y los petrodólares producen los mismos efectos en los subyugados).
  • Todo por orden del mismo Dios.

Yahveh y Alá eran el mismo dios, antes del cisma entre Ismael e Isaac. La idea de negar derechos sobre el propio cuerpo (ya sea aborto, muerte digna, género e identidad sexual, etc.), joderles la vida cívica a los homosexuales, soslayar la ciencia en pos de la superstición y otras bondades, vienen de los mismos libros, pilares místicos de organizaciones políticas onerosas y perniciosas para la sociedad en conjunto.

El 50% (y a veces más) de la población de USA piensa igual que el 85% (creo que soy generoso, debe andar en el 95%) del Islam. La mitad del espectro político de USA es un espejo de los musulmanes a los que condenan, mientras actúan igual. El 100% de Hollywood está en USA y se financia de capitales interesados en impulsar mensajes que a veces parecen criticar lo que en privado se aplaude.

Fuck you, fellow human, porque Diosito dice.

Todd Akin: es peor de lo que pensabas

La verdad es que la respuesta podría haber estado mejor armada. Todd Akin, el recientemente anunciado candidato retrógrado conservador al Senado por Missouri, tratando de explicar su política anti-aborto sin excepciones, dijo en TV:

First of all, from what I understand from doctors, (pregnancy from rape) is really rare, […] If it’s a legitimate rape, the female body has ways to try to shut that whole thing down.

Previsiblemente, Internet explotó. Lamentablemente, en Latinoamérica Internet tradujo mal y explotó igual.

Medio mundo se enfocó en «legitimate rape» y salió a condenar al poco probable futuro senador por su salvajismo, aleccionándolo sobre la imbecilidad que implica juntar esos términos.

Seamos un poco más fríos en el análisis. En USA (sin ponerme a investigar) no debe quedar ningún rincón, por más Alabama que sea, sin leyes condenando la violación. ¿Qué hay, entonces, en la mente de un fulano que se opone a rajatabla al aborto, nomás porque Dios se lo dijo?

Que hay violaciones ciertas e indiscutibles, en que un desconocido ataca a una mujer y se impone sobre ella. En ese caso, el cuerpo de la mujer, en su infinita sabiduría, toma sus propias, misteriosas medidas anticonceptivas y nos evita una discusión sobre aborto para alegría de Diosito.

Y hay otras violaciones. Nebulosas, difíciles de delimitar, como cuando el novio borracho insiste de más, o el marido violento amenaza y gana. O el tío mano larga con la sobrina púber. Uno nunca sabe realmente qué pasó en ese garage. A esas Diosito las considera una zona grisácea, y el aborto es MUCHO peor. Nuestro partido y nuestros votantes están de acuerdo en eso. Eso piensa.

Después del ensalzamiento electoral que vivimos en México, conviene recordar que los políticos son un mínimo común denominador de la sociedad a la que representan. En general, cuando hay duda, se nivela para abajo. Y también pasa que cuando llegan alto, les da vértigo. No es su elemento.

En contra del voto nulo

Mi problema con el voto nulo es que no sirve para nada en México, y en ningún otro país donde el voto no sea obligatorio.

El abstencionismo, el voto en blanco y la anulación del voto son herramientas válidas en todos los casos, son mecanismos de expresión del electorado que no deberían ignorarse, salvo que el sistema electoral te lo haga fácil de entrada.

Mientras que en otras democracias la figura del «mandato sin representación» denota severos problemas sociales estructurales, en México las presidencias se ganan con un 25% de los votos y con un 60% de asistencia a votar. En la práctica, el presidente de México está obligado a gobernar, pero estadísticamente no representa a nadie.

Entonces, para «hacerles saber a esos desvergonzados con quién están tratando», el voto nulo es equivalente a proponer «hacer silencio mientras dormimos» como alternativa.

Si estás tan desesperanzado con el panorama que te daría culpa votar por alguno de los esperpentoscandidatos que se presentan, piensa que hacer invisible tu voto es PEOR.

Alguien va a gobernar el país, tu estado o tu ciudad, y sería mejor que esa persona asuma con el consenso de un gran número de votantes. Que represente a un amplio sector de la población, aunque sea por descarte, genera también la presión de rendirle cuentas a un número mayor de ciudadanos.

Para cambiar los candidatos que llegan a postularse, hay otros caminos: si TODOS votan, es más difícil repartir despensas para inclinar la balanza y si TODOS se informan, los partidos van a tener que proponer candidatos que sean más que una cara bonita de cartón.

Si eres uno de los pocos que puede presentarse a votar sin ser acarreado, sin impedimentos, conociendo la importancia del evento: no hagas invisible tu voto. Votar es una obligación cívica y moral del ciudadano, aunque la ley no imponga penas por la ausencia. No dejes de hacer tu parte.

Ya basta de marchas. Falta todo lo otro.

No confundirse: me encantan las marchas. Me fascina que esta juventud que todos creíamos apática y dormida dé estas muestras de iniciativa y estado de alerta.

Me encanta que los lazos tenues que se crean en las redes sociales den paso a conexiones que se hacen reales cuando mil personas alzan la misma bandera sin caudillos ni sobornos.

Todo esto es una maravilla, pero lamentablemente no alcanza para dar vuelta una elección, como le escuché a algunos esperanzados.

Hay dos caminos complementarios para dar vuelta esta elección, ambos extremos, ambos con potencial de ser un punto de inflexión histórico, los dos en manos de estos mismos jóvenes que exudan energía.

Las dos opciones recaen en copiar las tácticas de los partidos políticos. Ellos son expertos en conseguir votos de gente a la que le da lo mismo si los candidatos viven o mueren. Aprovecha las tácticas, desprecia el fin mezquino y el tráfico de influencias.

1- Todos a las casillas de votación
La primera es fácil: invita (y lleva) a la gente para que se presente a votar. Que se rompan los records de asistencia, que cualquiera que resulte elegido, sienta la mirada atenta de un país que no está dispuesto a dejarse arrastrar.

Ganar una elección con el 25% de los votos es como recibir una patente de corso: a la mitad de la población le interesa tan poco el resultado de la elección, que ni se presenta a votar. Te queda un cuarto de «oposición» dividida en dos o más bandos y defraudar a tus votantes es difícil, si se les pagó puntualmente por los votos.

¿Cómo romper el círculo vicioso? Es un poco más fácil que trasladarse a un monumento ignominioso y alzar la voz: alza la voz en tu edificio, en tu vecindad, en tu colonia. Sal a visitar a tus vecinos y parientes, invítalos a votar. Ofréceles tu ayuda si les cuesta movilizarse. Reserva unos pesos durante el próximo mes para hacer unos cinco viajes en taxi entre tu calle y la casilla, para hacerle la vida fácil a los más viejos.

Lucha contra los acarreos y las despensas con un taxi y una sonrisa. Toma la democracia en tus manos, porque es tuya y no de los que se apropian del proceso electoral como si fuera una concesión comercial.

2- Fuego se combate con fuego
La segunda táctica para cambiar el rumbo de la elección también se apropia de las prácticas de los partidos: hay que informar al electorado.

Mientras que los partidos buscan mensajes efectistas e invierten ingentes cantidades de recursos públicos en lanzarse basura mutuamente (cierta o no, sigue siendo basura), también muestran un claro plan de acción para quienes estén interesados en enaltecer el climax de la democracia.

Ya que vas a hablar con tus parientes y vecinos, aprovecha para entregarles información de calidad sobre quiénes son los personajes que esperan ser votados. Si ellos buscan diferenciarse y hacer que sus propuestas no sean comparables, busca presentarlos en un plano de igualdad. Busca los prontuarios del círculo de asesores (y cómplices) que integrarían el gabinete, no te quedes en qué persona va a acceder al gobierno, exhibe también qué maquinaria partidaria se va a instalar con ella.

Si hacen promesas huecas, muestra cuáles de ellas son obligaciones cívicas o impuestas por la posición. Si no son claros en su discurso, ofrece preguntas y perspectivas.

El cambio verdadero es interno
Quizás el efecto neto de estas acciones no cambie el rumbo que hoy se ve en las encuestas, pero creo que es indispensable encauzar esta energía que está chispeando en el ambiente para hacer que la política regrese a la gente y no quede para siempre en la vitrina de la TV.

Es necesario llevar las voces y los ánimos lejos de la calle, lejos de las masas y plazas públicas, cerca de la mesa familiar. La política se limpia cuando forma parte de la conversación de quienes cuelgan la ropa en una azotea y crece cuando está presente en los espacios más íntimos, las charlas entre hermanos, la mesa del café.

Politikós se puede traducir como ciudadano, y somos ciudadanos cuando reconocemos un destino común con el otro. Es momento de dejar las audiencias etéreas de Twitter y las batallas de hashtags para extender la mano al vecino, porque de su voto y del tuyo depende el destino político de corto y largo plazo.

¡A las armas!

Twitter la cagó, pero la culpa es de todos nosotros.

Twitter anunció la semana pasada que implementaron una serie de filtros regionales que permitirían bloquear ciertos tweets para que no aparezcan en lugares/regiones/países donde fuera ilegal su contenido.

Antes de eso, cuando les llegaba una orden judicial indicando eliminar tweets, estos se borraban de la base de datos y desaparecían para todo el mundo. Ahora con estos filtros, simplemente se dejan de mostrar donde sean conflictivos, pero quedan visibles al resto del mundo.

Esto generó dos tipos de reacciones desmedidas:

  • Indignados que salieron a protestar porque en algún lugar del comunicado que emitió Twitter aparecía la palabra «censura», entonces muy ofendidos llamaron a boicot y #TwitterBlackout para que vean lo imposible que es censurar a la horda y no morir en el intento. Sí, eso de «salieron» a protestar es una exageración.
  • Efusivos que salieron a aplaudir porque en términos de la EFF «el resultado neto es que la censura se reduce» o «aumenta la libertad de expresión». Mis calzones.

El resultado neto, en mi caso, es enorme tristeza y desazón por chocarme nuevamente con lo obvio: la gente es tonta y las empresas son empresas. Lo que Twitter hizo en realidad es abaratar, tanto en dinero como en costo de percepción en la opinión pública, el proceso de censurar un mensaje, consigna, grupo, reclamo.

Ahora sigue toda una serie de elucubraciones y aproximaciones a una verdad tan elusiva como férreamente protegida.

Imagine el peor dictadorcillo latinoamericano o africano que se le ocurra. Uno con la impune desfachatez de declarar en público y en cadena nacional «Los que piensen diferente tienen que postularse a presidente y si te votan hacés lo que a vos te parece».

Esos suelen ser los más propensos a gobernar mediante decretos firmados a punta de pistola, y suelen ser los que más tela tienen para cortar, así que entre sus decretazos podríamos encontrar uno que diga «Queda terminantemente prohibido hablar del enriquecimiento desmedido de la Presidente y su familia a partir del ascenso al poder de su difunto esposo y continuando hasta hoy.» Comuníquese y archívese.

Hay mucha gente en Twitter que tiene ganas de hablar de esos temas, porque les gusta, porque se indignan y porque se les da la gana. Eso hace uno con la libertad de expresión.

Decreto en mano, la Presidente gritaría «Que Twitter borre lo que dicen toda esa sarta de gorilas destituyentes y oligarcas que seguro envidian a mi chofer ahora magnate del real esteit.» Desde los headquarters de Twitter llegaría una risita ahogada, que sería respondida por alguna otra salva de improperios proferidos más de cerca por un embajador sudoroso en un restaurant de Washington. Resultado neto: venga a los tribunales ordinarios del estado de California a exponerse en público o acá no pasó nada.

Cuentan las leyendas que Twitter resistió heroicamente los embates del FBI cuando intentaron averiguar las direcciones IP de usuarios del servicio que tenían una acusación y eran objeto de investigación. Hasta esos extremos llega el compromiso de la empresa con los usuarios que la hicieron grande.

Somos Twitter, somos geniales, nos cagamos en el FBI, pero ¿saben a quién le tenemos miedo de verdad? A McDonald’s Nicaragua.

Sí, ahora resulta que esa belicosidad digna del Cid Campeador se cae en pedazos cuando el dictadorcillo de turno que no tiene potestad para borrarles un tweet pero sí para bloquear su acceso a un país, les puede joder los ingresos publicitarios de ese país (aunque Twitter no tenga oficina allí, porque si estuvieran constituídos en el país, no cabe duda que les toca cumplir con los decretos de Su Excelentísima Majestad).

Existiendo el filtro, ya no hay que mandar embajadores a trámites vergonzosos ni a cobrar favores ridículos, ni es necesario exponerse públicamente ante una corte. Basta con pasar un párrafo entre gallos y medianoche para que la cuenta bancaria de Twitter se interponga entre lo que dice la gente y la gente.

En algún sentido, eso está bien. Una definición un poco deslucida de la función primordial de las empresas es «maximizar el valor para los accionistas», y cuidar que la facturación no caiga es un paso en esa dirección.

Por otro lado, me cuesta encontrarle sentido al tonito triunfalista con el que anuncian que los tweets ocultos para un país van a ser visibles en otros. Ahora que pasó el aniversario, imaginemos que los mensajes de los egipcios convocando a tomar Tahrir le provocaban indigestión a Mubarak y mandaba bloquearlos. ¿De qué sirve que yo vea eso desde México?

Hace pocos días leía que una porción de los esfuerzos de los corsarios del copyright está destinado a impulsar proyectos de filtros y barreras de acceso a Internet bajo la bandera de la lucha contra la pornografía infantil. Uno de sus lobbystas mercenarios declaraba que a los equivalentes de la MPAA en Suecia «…les encanta el porno infantil, porque los legisladores escuchan el término y saltan automáticamente a hacer lo que se les pide… …ponemos los filtros y después sólo tenemos que ampliar su uso».

Por esto me molesta tanto que Twitter (y ahora Blogger) haya puesto filtros regionales motu proprio: le está haciendo el trabajo fácil a toda la sarta de sanguijuelas que piden filtros y puertas y vallas insalvables, solo motivados por el lucro.

Me gustaría encontrar una empresa que -teniendo posiblidad de operar y prosperar en todo el mundo gracias a la red- elija NO recibir ciertos billetes. Que exhiba carácter y pueda sentirse capaz de dictar sus propias reglas. Ya sé, soy un idiota, iluso e idealista. En parte por eso la culpa es nuestra.

Twitter en su homepage dice «Sigue tus intereses. Actualizaciones instantáneas  de tus amigos, expertos de la industria, tus celebridades favoritas y lo que ocurre alrededor del mundo». Así de directo, sin matices. Sin avisar que «dependiendo del humor del dictadorcillo que te tocó, podrías no ver algunas de estas cosas».

Es nuestra culpa por creerlo sin pensamiento crítico. Ponemos colectivamente nuestra libertad de expresión y lucha contra la censura en manos de un fulano que lo único que busca es exprimir un dólar extra cada día. Casi como ir a un homeópata en vez de a un médico. Creemos que Blogger y Facebook y Twitter son nuestros aliados y amplificadores de nuestra voz solo porque esconden las tripas técnicas, ininteligibles de publicar un mensaje en línea, y cedemos el resto de los espacios, abandonamos el resto de los medios de expresión y comunicación.

Creemos que borrar tweets es censura y limitar las fotos de perfil coarta nuestra libertad de expresión, mientras gobiernos autoritarios, desconectados de sus votantes, ensimismados en su soberbia, destrozan al periodismo, compran o ahogan a los medios y zapatean sobre nuestras libertades, mientras buscamos ideas ingeniosas para #trespalabrasdespuesdelsexo.

Gira Telmex Hub: brindo por otras miles

Hoy acabó la tercera «pata» de la Gira Telmex Hub, que visitó Puebla, Mérida y Querétaro.

El equipo de PaseUsted/Genera se lució como siempre. Estos «niños» se están convirtiendo en una powerhouse de eventos y acciones positivas de marketing. Yo que insisto en invitar a los jóvenes para que decidan emprender negocios, prometo ponerlos de ejemplo en mis charlas siguientes. Todo el equipo que produjo estos eventos de manera impecable tiene entre 23 y 30 años.

Telmex y yo tenemos nuestras diferencias, pero aplaudo sin reservas esta iniciativa. Creo que lo mejor que puede ocurrirle a la juventud mexicana es que se rompa el círculo vicioso de los mensajes de violencia criminal y mezquindad política.

Llevar invitados del calibre de Jared Cohen, Perry Chen, Xeni Jardin y tantos otros extranjeros y locales que acercan una perspectiva nueva, amplia a una generación de jóvenes que necesita con urgencia nuevos modelos que imitar, es loable y necesita ser imitado.

Mientras en el gobierno federal se debate una reforma laboral que en algunas partes parece haber sido redactada por los sindicatos, parásitos de un pasado que dolería revivir; nadie parece reunir suficientes huevos como para plantear una reforma educativa, que haría innecesaria la otra.

Espero que haya más empresas que puedan plantarle cara a la desidia gubernamental, que prefiere las construcciones electoralistas antes de siquiera comenzar a pensar en construir un futuro menos polarizado y más próspero para el país.

Gracias por invitarme, quedé lleno de energía. Brindo por miles otros hubs. México necesita estar más conectado consigo mismo.

El «Andrés» más famoso de México, según Google

Me dio curiosidad encontrarme hoy con esta pantalla de Google que pongo más abajo, que, si la interpreto con un poco de saña, dice que soy el Andrés más famoso/visible en México para Google, solo superado por dos personajes imaginarios que obtienen sus fueros de una jauría de delirantes irracionales, apoyando su discurso en un pasado que ya no existe.

Solo superado por personajes de fantasía

Nadie aprende a nadar por correo

Saúl me escribió hace un tiempo, diciéndome que había decidido dejar todo e irse a otro país a estudiar una maestría en Marketing Digital, en parte por mi culpa. Mientras todavía me duraba la sorpresa por su declaración y el drástico cambio que estaba por emprender, le escribí estos consejos, a su pedido. Saúl no es su verdadero nombre. Esto dije:

Apenas llegues a tu destino, busca trabajo. No permitas que el estudio ocupe el 100% del tiempo. Aprenderás el doble en el trabajo que en la maestría, y aprovecharás el doble el contenido de la maestría si tienes una manera de contrastarlo con la realidad. Nadie aprende a nadar por correo.

Presta atención a tu entorno y aprende cuanto puedas del país donde vayas. Planea quedarte un par de años luego de finalizar el estudio para vivir la vida local sin filtro. Muchas veces se aprende más de uno mismo que de los libros. Cuando observes a tu país a través de los ojos de los medios «extranjeros» y a través de la distancia, encontrarás mucho espacio para el ridículo y la vergüenza ajena. Es normal, viajar cura el nacionalismo ciego. Aprende que hay un mundo allá afuera que no usa chile para lavarse los dientes.

Es probable (y esto viene a partir de mis sentimientos encontrados, porque DETESTO las maestrías in abstracto) que en algún punto descubras que lo que te cuentan en clase es una mamada y lo que te dice la calle es diametralmente opuesto. El 98% de las veces, la calle tiene razón. Follow the money. Pregúntate por qué las personas y empresas compran cosas que tu profesor califica como fútiles y/o nocivas, y verás lo full of shit que están los profesores de maestrías.

Ningún grado abre posibilidades sólo por alcanzarlo. Sólo tú puedes. Estudia y aprende, porque aprender es bueno. Pero trabaja y golpéate con el mundo real, porque tus próximos 40 años los pasarás trabajando, no tonteando en un aula. El mundo opera perfectamente sin nosotros, salvo que le hagamos notar su error.

Los cambios son buenos. Los grandes cambios pueden ser MUY buenos. Los errores son baratos, salvo que olvides usar un condón. No te creas infalible ni quieras serlo. Aunque ahora un año te parezca una eternidad, un día te encontrarás con 35 años escribiendo este mismo correo y todavía tendrás la sensación de que esto recién empieza.

Biblioteca llena = cementerio

El domingo pasado estuve en un evento llamado «Más libros, mejor futuro» donde Barbie leyó algunos pasajes de libros de autoras locales ante una asombrosa cantidad de gente. Asombrosa si tomamos en cuenta el discurso recurrente sobre la lectura en vías de extinción.

Mientras pontificamos acerca de la indispensabilidad de la lectura para el avance de la Humanidad, la realidad dice que comprar un libro de $200 (unos USD15), está bastante abajo en las prioridades de una familia de 5 que vive con los hipotéticos $6,000 que les tocan según algunas luminarias gubernamentales.

Más allá de los útiles escolares, que cuestan y bastante, comprar un libro para entretenerse es infinitamente más caro que encender la TV.

Mientras tanto, en mi baticueva, filas y filas de libros que pueblan mi biblioteca juntan polvo y jamás van a ser abiertos por segunda vez.

Llevo un rato largo pensando en estas cuestiones, especialmente desde la aparición -con éxito en el mercado- de los lectores digitales como el Amazon Kindle.

Pienso que hay libros para guardar y hay libros descartables. Guardo las obras completas de Borges, inagotables; poesías y relatos que cambian según mi humor cuando las lea; biografías de inmortales con ojos que queman desde el sepia de sus fotos. Guardo libros que dicen quién soy o quién aspiro ser.

Hay otros libros que no resisten una segunda lectura, que al entregar el último punto perdieron todo de sí. Conozco libros que ni los autores creen propicio recordar; son sólo una salchicha más escupida por la planta empacadora de Gladwell & Co.

Sea cual sea el bando al que pertenezcan, todos comparten un potencial que mi biblioteca desperdicia: harían mucho bien ante los ojos ávidos de alguien, mucho más que juntando polvo en mi casa.

Tratamos a los libros con una deferencia innecesaria. Hacemos reverencias ante el totemlibro y no los separamos del conocimiento que representan y transmiten. En siglos pasados, una buena biblioteca era parte esencial del patrimonio familiar.

Tengo una propuesta: guardemos solo el 10%. Nos quedemos con los autografiados y algunos entrañables, algún regalo de alguien que viva en la misma casa y vaya a notar la ausencia. Regalemos el resto. Vaciemos las bibliotecas para que no se conviertan en cementerios de libros.

Yo voy a hacer eso. Sepa quien me quiera regalar un libro, que se lo está regalando a mucha gente.

*Autores: no se asusten, no voy a dejar de comprar, sólo voy a dejar de alojarlos indefinidamente en mi pared.

Medicina que mata y salva

Devastador y energizante. Cómo te sentirías y qué mensaje dejarías si tuvieras 51 horas de vida por delante?

Lucidending perdió la batalla contra el cáncer (linfoma) y después de años sedado/a va a morir el próximo martes, despierto/a y por su propia decisión.

Mientras muchos de nosotros pensamos en «subir a una montaña rusa» y «atajarle un penal a Maradona» cuando nos enfrentamos a la hipótesis de morir en corto plazo, esta persona sólo tiene a su alcance suspender sus calmantes y contar con unas horas de lucidez antes de tomar la medicina que suspenderá sus funciones vitales.

Curiosa definición de medicina, nunca más apropiada.

Pobre 2011, la tiene MUY difícil

Las reflexiones de tipos satisfechos componen uno de los géneros literarios más aburridos que se conozcan.

Parece que la condición humana, o por lo menos una tradición arraigada muy profundo en nuestra cultura, exige que todo arte, toda expresión, nazca de algún desgarro interior.

Este no es el caso y esta fue suficiente advertencia, a partir de acá viene una cascada de autocongratulación y umbilicología.

Primero lo grande: me casé y todo alrededor del gran evento fue un sueñoviaje genial. Desde la planificación, el gran rejunte de amigos y familiares, una fiesta bru-tal y una luna de miel que no se acaba, todo lo que rodea a mi boda brilla en el punto más alto imaginable.

Sigue la vida en general: después de más de 15 años trabajando en empresas de diferentes tamaños, por primera vez pasé un año sin trajearme para ir a una oficina. Fue una experiencia espeluznante y muy educativa. No estuve totalmente inactivo, pero sí dispuse por primera vez en años de mucho tiempo para la autoexploración y el ocio relativamente creativo. También tuve oportunidad de dedicarle tiempo a proyectos como Pase Usted Genera y conocí gente interesante en el proceso.

Mirando hacia adentro, comencé a cuestionarme algunas creencias, por primera vez desde un punto algo más relevante que la rebeldía adolescente anti-religión-dogmática que habitualmente enarbolaba. Por primera vez me pregunté qué les enseñaría a mis -eventuales/futuros- hijos y me lo estoy respondiendo estudiando algunos textos budistas, una filosofía que (menos la parte mágicomística de la reencarnación) se acerca bastante a mi visión actual del mundo y nuestro papel sobre él.

Durante 2010 trabajé con gente que me enseñó mucho sobre nuevas industrias y mercados, y para 2011 surgieron proyectos que me entusiasman mucho, validando unos cuantos años de mantenerme en una línea clara y consistente. Hoy son más amigos que clientes y eso es lo mejor que me puede pasar.

Para el 2011 ya tengo en marcha algo de educación, parte para negocios y parte para el alma: un curso para vender en línea a PyMEs y compré una trompeta (!!!) como auto-regalo de cumpleaños. Ofrezco disculpas anticipadas a mis vecinos. Y creo que el producto que voy a vender en línea son tapones para oídos.

Soy un tipo con suerte en general (a pesar que en otras vidas me dí unos sustos bastante pesados), pero el 2010 fue DEMASIADO gentil conmigo, al 2011 le toca una tarea titánica para acercársele nomás (pista: comienza con be, termina con bé).

Politiquería 0 – Mundo pensante 1

El viernes pasado fue el acto de cierre de Genera, un proyecto que durante 10 semanas incubó a 10 emprendimientos tecnológicos mexicanos de excelente nivel, que ese viernes tuvieron oportunidad de presentarse formalmente frente a inversores potenciales, recibiendo merecidos aplausos y críticas.

El evento en general brilló, las presentaciones fueron muy buenas, con sorpresas incluso para mí, que participé en el proceso de incubación y conocía a los equipos.

Dicho eso, los dos esbirros que mandó el Gobierno del Distrito Federal (ellos pusieron los fondos para el proceso de incubación) a participar en el evento dieron vergüenza:

  • El representante de la comisión del Bicentenario, Bi100, que durante su discurso de apertura dedicó dos tercios del tiempo a dejar bien claro que «él no iba a hablar del derroche manifiesto que perpetra el gobierno federal en las festividades del Bicentenario, ni iba a mencionar la contratación escandalosa de un australiano para deslumbrar a los mexicanos, etc, etc, etc».
    Burdo. No estaba hablando frente a una sarta de acarreados.
    Su función en el evento era ensalzar a los jóvenes soñadores y proactivos que estaban ahí para mostrar que hay otro México, lejos de las riñas partidistas (btw, vivir donde el gob. federal concentra la pirotecnia te permite ahorrar un poco, pero el Bicentenario se considera «obra pública», verdad? Alimenta muchas bocas y bolsillos, sospecho).
    ¿O acaso el dinero destinado a Genera no fue para promover la cultura emprendedora, sino el equivalente a la compra de una página en un diario? Un espacio rentado para bajar línea, frente a cualquiera, a cualquier costo.
    Por mí, quédense con plata y mensaje, no son necesarios para mostrar que sí hay un México distinto. Frente a los proyectos de Genera, no es necesario hacer esas payasadas para generar contraste.
  • Otra luminaria: el perrito entrenado que mandaron de la Secretaría de Medio Ambiente.
    Profiriendo joyas como «En México hay agua, no hay riesgo de que falte, cualquier cosa que digan en contrario es mentira» o «Quizás a la gente no le importa si no tienen agua», el tipo demostró las peores consecuencias del embrutecimiento que conlleva pasar de la esfera profesional a la política.
    Por el aspecto, es un niño bien, probablemente educado en altas escuelas. No parece animal de mitin, repartidor de despensas, pero actúa como uno. Debe pensar que repetir a ciegas el mensaje que le mandaron repetir cuenta como parte de su trabajo.
    Quizás la Secretaría de Medio Ambiente cree que los proyectos para ahorrar agua corriente o recolectar agua de lluvia son superfluos en una ciudad que se ahoga en verano y se muere de sed en invierno.
    Es más, me gustaría saber qué estudios/evidencias tiene la dichosa Secretaría para afirmar, en boca de su vergonzoso exponente, que a la gente no le importa que falte agua en su casa. ¿Será por eso que no hay agua corriente para todos en México DF?

Triste destino del politiquero cuando está fuera de su elemento. Todo ese discurso sordo y onanista no resuena en el mundo pensante.

Pesadillas evitables en el call center: el caso Telmex

Resumen de mi décima llamada a Telmex, por no tener internet en mi casa: 45 minutos de horror, luego 3 de grata sorpresa. Los anteriores son evitables con sólo adelantar los segundos.

Me quedé sin red un jueves a las 2:00 am. Apenas resucité, llamé a Soporte:

– Marco mi número de teléfono (no usan caller ID?), saludo, recito mi número de teléfono, nombre, dirección. Señorita, no me anda la interné.
– A ver, apague el modem, espere un rato y préndalo otra vez.
– Seño, ya lo hice varias veces, no parece haber nada raro en el modem, le tartamudea la luz de DSL.
– Avíseme cuando haya apagado el modem.
– Le digo que soy computólogo y ya hice todas las pruebas posibles. Pero si se pone terca, ahí va el apagón. ¿Quiere que le agregue una patadita por las dudas?
– Ahora esperamos 2 minutos antes de volver a prender.
– Listo, 2 minutos, prende y está igual que antes. La luz de DSL no anda. Ahora sí. Ahora no. Ahora sí…
– Bueno, atrás hay un botoncito que se apreta (no dijo aPRIeta) con algo con punta. Se llama «reset».
Blah, blah, reset, configuración, usuario, blah, monitor de conexión no tiene qué monitorear, blah, blah.
– Bueno, acá le levanté el reporte. En 24 a 72 horas se resuelve. Si pasan 72 horas y no tiene interné, llame.
– Habrá forma de que ustedes me llamen, si no encuentran solución?
– O se le prende la interné o llama a las 72 horas. Su número de report…..

Así empiezan las interacciones con el soporte técnico de Telmex, al menos en mi experiencia personal.

Lo que siguió fue aún más interesante.

Unas 6 horas antes de vencido el plazo de 72 horas, harto de robar WiFi con señal pobre de mis generosos, pero inconspicuos vecinos, llamo otra vez:

– Hola. ¿Se acuerda de mí? Llevo 3 días sin interné. ¿Sabe si hay alguna solución/avance/problema?
– Todavía no pasaron las 72 horas.
– Bueno, pero yo soy un cliente proactivo, como miles de libros alaban y ensalzan, y me gustaría saber si hay algo de MI lado que pueda hacer.
– Su reporte ha sido cerrado hace 2 días.
– ¿Y no pensaban avisarme?
– No, porque a usted le corresponde llamar.
– Bueno, por favor abra otro reporte que no tengo interné.
– En 24 a 72 horas se resuelve. Llame DESPUÉS de las 72 horas a ver si ahora sí.

Me encanta sentirme así de ignorado por una empresa que llama ANTES de vencidas sus facturas para que uno no se olvide de pagar. Una idea: ¿qué tal si en vez de tanta cobranza preventiva, llaman a clientes con problemas y actualizan la información? Sospecho que elevando la satisfacción de los clientes no se gana tanto como atosigando a los olvidadizos.

Sigo sin red y al final de UNA SEMANA y varias llamadas infructuosas como las anteriores, viene una módica redención:

– Señorita, necesito saber qué pasa con mi línea.
– Todavía no se cumplen 72 horas de su chorrésimo reporte, váyase porque el sistema no me dice nada hasta las 72 horas.
– No, mire: si mira el historial, va a ver que llevo muchos días con esto, así que sus fronteras horarias no me espantan más. Necesito hablar con alguien que pueda ver información en el sistema.
[- El sistema no muestra información, huya.
– Que no. No es nada personal, pero esto ya no está a su nivel, necesito hablar con alguien que pueda tomar responsabilidad por la situación y no sea de la primera línea de atención.] Repetir 5 veces
Esperar 40 minutos con musiquita varia. Es un 01-800, así que espero hasta diciembre si hace falta.
– Hola, soy el supervisor XXX y el sistema dice que se vaya.
Contar la historia, apelar a alguna fibra caritativa, entender que no todo el mundo puede pedir hablar con él, pero esta es una situación diferente. Y YA VAMOS POR LA CUARTA TANDA DE 72 HORAS ASÍ QUE ME NEFREGA.
– A ver: acá dice que trabajaron 2 turnos sobre su línea, el primero no encontró nada anormal pero trataron de comunicarse con su modem y no pudieron. El segundo está revisando los equipos intermedios para ver dónde se cae la señal. Identificado eso, se cambia la ruta o se reemplaza el componente y todo anda bien.
– Y yo me pregunto, ¿no podrían haberme dicho algo así, en vez de repelerme CADA PUTA VEZ QUE LLAMÉ?

En resumen, releer el primer párrafo. Si Telmex ofreciera información cuando uno llama buscando consuelo, mejoraría mucho la interacción con su call center y uno no se sentiría súbito protagonista de cuento kafkiano, con moraleja y todo.

Supongo que gente mejor informada me va a poder dar razón de costos por segundo de llamada, gestión de masas, analfabetismo de operadores, estructuras burocráticas odiadoras de cualquier metodología no originada en los ’70, etc. Escucho ansioso.

Los nuevos diez mandamientos, versión Twitter

Y dijo la zarza calentorra: «Amarás a Twitter por sobre todas las cosas».

Hoy parece que TODO el mundo vive en, de y para Twitter, pero no siempre entienden cómo enfrentarse a esta nueva (3 años después) forma de relacionarse online.

Ya se han publicado guías y recomendaciones hasta el hartazgo, pero en su gran mayoría se enfocan en herramientas o modos de uso, mientras que en este momento me interesa explorar algunas recomendaciones sobre comportamientos que fomentar o evitar.

Voy a tratar de seguir las enseñanzas de Nassim Taleb para no verme -muy- charlatán, y voy a intentar un decálogo de cosas que NO hay que hacer, quizás amenizado con indicaciones de cómo haría YO las cosas, si fuera necesario.

Damas, caballeros, lifestyle choosers, he aquí el:

(Enésimo) Decálogo para no hacer -muchas/burdas- estupideces en Twitter

  1. No pagues por tweets. No pagues por tweets. No pagues por tweets. Y mucho menos si eres una empresa grande. Una empresa como Telcel, dueña del 80% del mercado mexicano de teléfonos celulares (y, por ende, del 80% de los usuarios de Twitter en México) debería preocuparse por ENAMORAR a sus clientes y convertirlos en embajadores de la marca, en vez de sobornar usuarios de Twitter para que publiquen tweets falsos.
    Con 60 millones de clientes, ¿creen que necesitan que @fulanito con 10,000 followers sea su vocero?
  2. Enlazado íntimamente con el anterior: No veas en Twitter una plataforma sólo de difusión, al menos en un primer vistazo. Twitter es un espacio de conexión, donde la naturaleza asimétrica de las relaciones implica que el impulso detrás del contacto es una transmisión de valor.
    Yo sigo a alguien y no me preocupa si ese alguien me sigue porque reconozco implícita o explícitamente que al seguirlo, mi experiencia en Twitter mejora, ya sea que se trate de un humorista, un pensador, una empresa que brinda información oportuna o un servicio de noticias.
    Asumir que Twitter es un megáfono donde sólo vas a ametrallar con links a tu última promoción es desconocer -o peor: ignorar forzosa y voluntariamente- el valor que la empresa puede proveer a la red. Intentar formar y mantener una red centrada en sobornos es insostenible y carísimo, versus una comunidad que comparte y crea en sintonía.
  3. No pongas tu cuenta principal en manos de la agencia que te presta servicios. Si vas a poner links, u organizar concursos al estilo Mexicana GO, que se haga a través de otra cuenta, secundaria. La presencia principal de la empresa en Twitter debe operar como ancla y punto de acceso a la empresa, con acceso directo a la estructura de servicio al cliente. Hay un universo de diferencia, desde la perspectiva del cliente/tercero, entre contactar a @amazon_offers y @amazon. En el segundo caso, tengo que estar seguro que cuando envío un mensaje, mi interlocutor es LA EMPRESA.
  4. Otra vez atado al anterior: No sigas a CNN y el New York Times desde tu cuenta corporativa de Twitter. Es de idiotas mostrar que sigues a los noticieros y a un par de otras cuentas «políticamente correctas». Tu cuenta está en Twitter para agregar valor, no para leer los titulares de los diarios, entonces sigue a cuanta persona te mande un @reply, así también te pueden mandar mensajes directos en privado.
    Entabla diálogos con tus clientes, usuarios, competidores y socios, muestra que la empresa tiene personalidad y carácter. No es necesario complacer a todo mundo, pero sí escucharlos.
    Twitter puede levantar límites a pedido de los usuarios para que puedas conectarte con cientos de miles de clientes de tu empresa/servicio. Esa es una demostración de buenas intenciones, transparencia y vocación de accesibilidad, más que hacerse el altruista mostrando que sigues a Unicef.
  5. No escondas a tus ejecutivos. Además del perfil oficial de la empresa, los empleados de la compañía deben tener presencia y actividad en la red. No sólo porque puede derivar en oportunidades de negocio (el valor de la red se calcula como el cuadrado de la suma del valor de los nodos), sino que alguien que todos los días decide trabajar para la empresa es quizás el mejor embajador que pueda tener.
    La empresa no tiene por qué ser una entidad incolora, inodora e insípida. Una automotriz no tiene por qué verse como un quirófano, y la presencia de los ejecutivos de la empresa a título personal muestra una dimensión mucho más humana de la empresa.
    Directivos de diferentes áreas sabrán hablar con pasión de los logros internos o públicos en áreas de la compañía que no están en el radar de Marketing y no reciben exposición, generando sensación de pertenencia entre los empleados y visibilidad ante audiencias inesperadas.
    Si lo que te preocupa es que la empresa suele mantener un férreo control sobre el mensaje público, esta es una oportunidad para entrenar a tus más altos mandos en comunicación. No creas que esta es una excusa para encerrarte más. That ship has sailed.
  6. No enfoques TODAS tus acciones hacia «afuera». En vez de regalar tickets para el cine a desconocidos, con la esperanza de que la próxima vez pidan un celular de tu marca, intenta regalarle tickets a cualquier persona que se haya conectado con tus áreas de servicio a través de Twitter y su problema haya escalado a otro nivel de atención.
    Esa gente está con el dedo en el gatillo para twittear #FAIL o #RenaultApesta, porque su voz amplificada por la red es su única herramienta versus el poderío de tu empresa.
    Compensa a quienes pasaron por un proceso de soporte más largo que la atención primaria para obtener dos beneficios: 1) calmar la frustración o acabar de deleitar a tu cliente, que accedió a tí a través de su canal preferido y donde seguramente comentará sobre su experiencia; 2) si escalar la atención te cuesta dinero, estoy seguro que invertirás en empowerment de la primera línea de fuego y mejorarás notablemente la experiencia de TODOS tus clientes.
  7. No caigas en esquemas get-rich-quick. No hay nada más patético que ver en el timeline de una empresa que cotiza en bolsa, una infinidad de tweets de inscripción a directorios como WeFollow y calificadores de perfiles como Twitter Grader.
    No hay atajos respetables o sostenibles: para ganar followers muestra que eres capaz de mejorarles el día si te siguen. Para el usuario común, no hay otra medida de valor posible. Nadie, salvo unos pocos nerds con pelos en las manos, se fija en si la cuenta de tu empresa emite el promedio adecuado de tweets por día, si usas un número correcto de hashtags por tweet o si guardas una proporción «sana» entre tweets originales, replies y retweets. Buy a life.
    Y esto te va a servir incluso para pedir presupuesto: no lo conviertas en un juego de números. No hay nada peor que tener muchos followers que están ahí porque ya te olvidaron y no haces ruido. Si vas a medir algo, que sean replies y mensajes privados. ¿Cuántos diálogos entablaste con tus clientes y prospectos en su red favorita?
  8. ¿Y si cierro acá y lo dejamos en octálogo? Mejor te recuerdo que NO ES NECESARIO que estés en Twitter. Acabo de ver que me sigue un negocio de venta de autos de una marca que no me gusta mucho, en un extremo de la ciudad que casi no visito, cuyos tweets dicen cosas como «El diseño de XXX-Modelo 2010 se basa en los espacios mas innovadores y funcionales para brindar comodidad absoluta». Les deseo la mejor de las suertes, pero salvo que esté en sus planes hacer algo verdaderamente innovador para su mercado, yo pondría más anuncios en el diario con esa misma plata.
  9. Para agencias: desde 2004 vienen vendiendo «el blog de la campaña» a cuanta marca se les ponga adelante. Ahora el sello dice «cuentas de Twitter y grupos en Facebook» al pie de cada PowerPoint que presentan desde hace dos años más o menos.
    Stop. No es su función. Salvo que sea un happening divertido, no lo ofrezcan/inicien. Muy pocas veces (porque estoy seguro que alguien sacará un link contradictorio) estas actividades de relacionamiento y creación de comunidad van de la mano con las emergencias y rotaciones trimestrales de la campaña de la marca. La red está llena de links muertos a blogs de personajes que ya no existen y los grupos de Facebook relacionados a campañas languidecen desbordantes de spam de Farmville.
  10. Para usuarios de Twitter con muchos seguidores que reciben ofertas de twittear mensajes falsos: exijan e impongan que los tweets lleven disclosure.
    Seleccione una respuesta sin googlear: decir «esta empresa considera que X cosa les puede interesar» o decir «ya no recuerdo por qué me gustaba Apple, ahora la onda es Win7, te juro que siempre sentí que Win7 era mi soulmate, créeme que toda mi personalidad florece cuando Win7 se me acerca… Ah, y por cierto, a pesar que todo el mundo mayor de 12 años dice que esa película es una mierda mal producida, a mí me pareció genial y hay un concurso en mi blog para que te ganes boletos si mandas la mayor cantidad de retweets pero con esta #hashtag que si no no me cuenta para las estadísticas y me regañan… mis tías».
    Recorre esta lista y agrega «No vender» al inicio de cada línea: no vender metralla de links, no vender números, no vender pura cáscara, etc.
    Separa tus cuentas, la que usas para conectarte personalmente con la gente a la que tú sigues, y otra para la masa, probablemente atada a tu blog u otro espacio donde dialogas con tu «audiencia». Sepáralas físicamente, porque si sigues vendiendo MI pantalla, buscaré la forma de cobrar una comisión.

Twitter es sólo una herramienta, y cada uno la usa como se le da la gana. Eso no quita que haya «mejores prácticas», particularmente si a esta herramienta se la usa con un objetivo corporativo específico: hacer más o mejores negocios, conectarse con clientes, etc.

Además, es mucho más difícil ser DT de sofá que twitstar de Starbucks. Practico Twitter todos los días, lo cual ya me da una cierta ventaja.

Creo que si una empresa adopta buenas prácticas, hace mejor uso de sus recursos e incluso podría trasladar esa eficiencia a sus clientes, bajando los precios. Bienvenidos a Utopía, población: 1.