Muerte a los tarotistas corporativos

La última adición al Diccionario de la Real Academia de Marketspeak parece ser CO-CREACIÓN.

No es tan nueva, llevo algunos años recibiendo pseudo-newsletters de pseudo-gurúes corporativos que se jactan de «co-crear futuros» en la misma frase en la que prometen entrenarte en técnicas de «rebirthing». They sell you the smoke that comes out of their asses.

Lo que ahora ví, que evidencia una ¿victoria? más de los tarotistas corporativos, astrólogos empresariales, es la campaña del shampoo Sedal, donde le explican a mi mamá y a cuanta mujer de pelo lavable encuentren, que su shampoo ahora ha sido co-creado con 7 especialistas del pelo.

Campaña Sedal Co-Creations

Campaña Sedal Co-Creations

Chicas de Sedal, y por extensión al resto de la fauna marketinera crédula de la ciencia de las Flores de Bach y otras estafas por el estilo: co-creación no significa nada. Ni para ustedes, ni para los consumidores. Es una muletilla que le sirve a una jauría de fengshuistas para vender algo nuevo cada temporada.

El que ustedes crean que los sillones no deben quedar frente a puertas, el que las empresas para las que trabajan les paguen días de retiros espirituales a un complejo de cabañas en el campo, para que se paren en una mesa y se tiren para atrás y que los insoportables de Cuentas por Cobrar los atajen antes de partirse la crisma en el piso, no le da ningún valor al término.

Dejen de decir estupideces rimbombantes. Aprendan a comunicarse como humanos.

Pista: eso no se aprende encerrándose en seminarios de bonsai de ideas.

A la puta calle.

Marketspeak

Cuando uno pasa mucho tiempo inmerso en algo, esto se convierte en una segunda naturaleza de la que es difícil deshacerse cuando hablas con alguien «de afuera».

Así los nativos digitales ponemos los ojos en blanco y resoplamos cuando tenemos que explicar -por décima vez- qué es Twitter (y para ser más odiosos lo pronunciamos chuirer, correcto pero snob). Si tienes que explicar muchas veces la misma cosa, el problema es de la cosa, no del interlocutor.

Esto se repite desde los inicios de la humanidad. Cada tribu usa sus términos propios para distanciarse y reconocerse entre la masa. Los abogados usan latinazgos, los contadores numerazgos y los arquitectos… algo deben hacer.

El problema es cuando la tribu QUIERE comunicarse con la masa, usando sus términos propios. Cuando el fulano de marketing de una marca le habla a sus consumidores diciendo «los consumidores podrán controlar…». Ahí se rompe cualquier vínculo de comunicación, porque la masa y la tribu no tienen terreno común en ese lenguaje y no hay traducciones «aceptables» preestablecidas.

Mi favorito personal? Cuando me ofrecen contenidos para mi celular. Really? Contenidos? No sería mucho más atractivo que me ofrezcan juegos, ringtones y wallpapers de chicas en pelotas? Porque contenidos no me dice mucho. Jamás agarré la tarjeta de crédito y corrí a una tienda a comprar contenidos.

El que contenidos sea el término interno habitual para referirse a los juegos, ringtones y wallpapers de chicas en pelotas que la empresa ofrece, no quiere decir que sea la manera más efectiva para decírmelo. Porque yo nunca llego al café y le cuento a mis amigos «miren qué buenos contenidos compré hoy».

Otra que me (des)encanta es experiencia. Usa esta pasta dental y vive la experiencia… Crap. Otro término de uso interno que jamás debería ver la luz del día. Los estudios de comportamiento del consumidor dicen «hombres de alto nivel socioeconómico de 18 a 22 años ansían vivir experiencias extremas». Entonces vamos a ofrecerles experiencias en vez de invitarlos a saltar en paracaídas.

Nota no-tan-mental para la tribu del marketing (que me incluye): no le hables a tu público de la misma forma que le hablas a tu cliente. Son 2 faunas completamente diferentes, ESPECIALMENTE en el idioma.

WordPress.com en náhuatl

Estuve dando vueltas por WordPress.com para encontrar algunas ideas, y de casualidad -en parte para devolver un poco a este proyecto que tanto me gusta- me puse a traducir frases en el área de traducción del proyecto.

Curioso natural, encontré que uno de los idiomas para los que se puede agregar traducción es el náhuatl, cosa que me fascina peculiarmente. No sé cuánta gente habla sólo náhuatl hoy, y mucho menos cuántos de ellos serán bloggers, pero fanático del lenguaje como soy, me pareció una buena noticia.

Quejándome por nada

Ya sé que el lenguaje es un ente vivo y evoluciona sin cesar. También creo, sin poder invocar nada demostrable, que la evolución debe darse para responder a nuevas cuestiones, mientras que los asuntos ya resueltos deberían dejarse como están.

Sé que yo mismo uso infinidad de expresiones de dudosa procedencia, mezclando 2 y hasta 3 idiomas sin misericordia.

Sé que quien mire con cuidado este mismo blog va a encontrar mil ejemplos de cómo NO debería usarse el lenguaje.

Sé todo eso, pero no puedo evitar que me salten las lágrimas cuando veo «agusto» o «a parte» escrito por ahí.