Me dio curiosidad encontrarme hoy con esta pantalla de Google que pongo más abajo, que, si la interpreto con un poco de saña, dice que soy el Andrés más famoso/visible en México para Google, solo superado por dos personajes imaginarios que obtienen sus fueros de una jauría de delirantes irracionales, apoyando su discurso en un pasado que ya no existe.
Curiosidades
Un browser más inteligente
Por estos días estoy trabajando/investigando varias cosas en paralelo:
- Constitución de empresas en USA y servicios de cobranza por tarjeta de crédito
- Ruby on Rails, siguiendo el tutorial de Michael Hartl y otros parecidos
- Migración de MySQL a PostgreSQL, optimización y tuning
- Lo habitual, paneles de control de servers, cuentas de email, etc.
Cada una de estas «series», conteniendo alrededor de 10 pestañas cada una, vive en una ventana diferente de mi browser favorito actual: Google Chrome. Esta configuración me resulta razonablemente cómoda, ya que puedo cambiar de entorno simplemente maximizando una ventana, y encuentro los ejes temáticos agrupados como mejor me parece.
Hasta allí todo bien, lo malo es que con 4 o 5 ventanas de 10 tabs cada una, cualquier browser se convierte en un caracol asmático en 30 minutos. Imagino que el 90% de la culpa la tienen sitios mal diseñados, sobrecargados de scripts, publicidad y embeds de video, saturados de Flash, etc. Hace unos días le disparaban a TechCrunch porque su homepage «pesa» casi 4Mb y es suficiente para trabar algunas PCs.
Si pudiera cerrar y recrear las ventanas según las necesite, la carga para el browser y mi CPU sería infinitamente menor, sin swap a disco y mucho más fluída para mí.
Hoy lo más parecido que hay son los bookmarks agrupados y la posibilidad de abrir todos de golpe en diferentes pestañas. Lo malo que tiene esto es que los bookmarks son fijos, y administrarlos es un PITA.
Necesito un browser que soporte diferentes «escritorios» y lleve la cuenta de los sites abiertos individualmente para cada escritorio, así si avanzo en la lectura del tutorial de Rails, el browser me lleva a la última página leída.
Una solución parcial para mí hoy es trabajar cada «escritorio» en un browser diferente: Safari, que no recuerda las páginas donde estaba al cerrar, sirve para lo más standard o bookmark-able, como mis cuentas de email y paneles de control; Chrome, Camino y Firefox para el resto, pero es ridículo tener cuatro browsers abiertos para algo que debería ser de lo más natural ahora que parece que toooodo el mundo se mueve hacia la nube: mucho browser, poca app local.
Habrá alguien más por ahí con el mismo patrón de uso del browser? Juntaremos suficiente número como para mandar a escribir un plugin?
Celebración inesperada
El último lugar del mundo donde un latinoamericano espera ver una celebración de la «independencia», es Madrid. Y acá estoy, comiendo al sol frente a la Plaza de la Independencia, donde se alza la afamada Puerta de Alcalá.
Eso es ser buen perdedor, jejeje (aunque Eduardo Galeano se cabrearía ante la calificación de «bueno» a cualquier derivado de la colonización americana).
Al español le va mal en la Wikipedia
Acabo de charlar un rato con Hernán Iglesias Illa, quien me contó una curiosidad que me soprendió bastante: de los idiomas «masivos» de Wikipedia, el español está séptimo, detrás de italiano y polaco, que me parecen idiomas mucho menos extendidos.
Qué sospecho? que la cantidad de artículos en Wikipedia en cualquier idioma depende en gran medida de la educación tecnológica de la porción del mundo que habla ese idioma. Los que hablan francés y alemán son menos, pero llevan más años en contacto con tecnología y redes, como para comprender el valor de «rascar un poco de excedente cognitivo» y aportar a la Wikipedia.
En ese marco, cómo se explica la aparición de Polonia en la lista? Ni idea, cualquier generalidad debe resistir un par de excepciones.
Mientras Iberoamérica siga pobre en niveles de alfabetización y acceso a la tecnología, los polacos nos van a seguir pateando el trasero en Wikipedia, aunque en los mundiales de fútbol no les vaya tan bien.
La realidad siempre es más bella
Soy Scherezade: si mis historias no fascinan al Pasha, me matará en la mañana.
Eso dice una antropóloga cultural de 60 años, 25 de ellos casada y que gana más dinero poniéndose al teléfono que trabajando para una corporación.
De casualidad me encontré con Phonesex en Mother Jones, un ensayo fotográfico que explora a los operadores de líneas calientes, con historias cortas sobre cada uno, llamadas memorables y fotos que te cortan la respiración.
No me termino de explicar la necesidad íntima de inventarse historias, para materializarlas en una charla anónima por teléfono. Supongo que representan una forma primordial de escapismo.
Creo que hay historias que se viven mejor con los ojos bien abiertos, basta con encontrar tu Scherezade personal.
Dayana sabe explicar
Dayana Barrionuevo sorprende otra vez con la mejor y más sensible recopilación de blogs para explicar qué merde es un blog a alguien que vivió dentro de un tamal blindado los últimos 6 años.
WordPress.com en náhuatl
Estuve dando vueltas por WordPress.com para encontrar algunas ideas, y de casualidad -en parte para devolver un poco a este proyecto que tanto me gusta- me puse a traducir frases en el área de traducción del proyecto.
Curioso natural, encontré que uno de los idiomas para los que se puede agregar traducción es el náhuatl, cosa que me fascina peculiarmente. No sé cuánta gente habla sólo náhuatl hoy, y mucho menos cuántos de ellos serán bloggers, pero fanático del lenguaje como soy, me pareció una buena noticia.
Agua salada = Combustible = Energía
Un inventor, mientras buscaba y refinaba una cura para el cáncer (que parece viable), descubre accidentalmente que puede usar agua salada como combustible.
Al usar un rayo de microondas sobre una probeta de agua salada, se disocian las moléculas de agua, liberando oxígeno e hidrógeno, con la posibilidad de producir llamaradas de alta temperatura.
Lo descubrí en el blog de mi queridísima B.L. Ochman.
Cuando el agua no canta
Cuando el agua no canta, hay que llamar al lapidario.
Mi amigo Paco tenía un serio problema: las fuentes de su jardín, en lugar de sonar de una manera armónica, emitían un glub, glub desagradable.
La solución que encontró me llevó a descubrir la ocupación más excéntrica que se me ocurre: el lapidario.
El lapidario se instala en tu jardín y estudia con detenimiento el canto de tus fuentes. Un par de golpes aquí y allá para corregir la piedra, y otra vez a escuchar atentamente qué más dice la fuente.
Ojo con restar importancia a lo que hace este afinador de fuentes. Cuando medites tu próximo emprendimiento, cuando apagues la cabeza luego de una semana larga, cuando necesites inspirarte, si lo haces junto a una fuente bien afinada, los resultados se multiplicarán.
Dos conclusiones: 1) Lapidario es un triste nombre para un oficio tan musical. 2) Quisiera tener los problemas que sufre mi amigo Paco.
Sahara blues
Si estás buscando música con alma, no te pierdas Tinariwen, «La gente del desierto».
Og Mandino al desnudo
Un amigo me contó que a Og Mandino le gustaba quedarse en pelotas cuando dictaba sus libros.
La editorial donde trabajaba mi amigo tenía los derechos de las ediciones en español del autor, así que cuando el tipo se aprestaba a escribir, enviaban una dactilógrafa que tomara el dictado al mismo tiempo que la enviada de la editorial para el habla inglesa.
Cuando Mandino ya era un personaje conocido, lo instalaban en las amplias suites del Hotel Plaza de New York para que nada empañara su inspiración. Con cada libro se repetía el mismo ritual: mientras las chicas aprestaban sus máquinas de escribir y se acomodaban en sus escritorios, Mandino se despertaba y salía de la habitación completamente desnudo, a perseguir a las chicas.
Siempre el mismo ritual en el teléfono: una dactilógrafa llorosa, semiencerrada en un baño telefoneando a la editorial y renunciando en el acto, mientras que desde acá trataban de calmarla y darle tips para resistir las aceleradas del vendedor más grande del mundo.
Cada libro costaba varios boletos de avión imprevistos. Parece que nunca hubo dos libros transcriptos por una misma dactilógrafa. Igual se vendía bien, y las anécdotas son la mejor parte.
Qué dice tu tagline?
Uno trata de ser más o menos gracioso, más o menos serio, más o menos preciso, de acuerdo al personaje que quiere mostrar y las reacciones a las que invita a su lector.
Mi «autobiografía no autorizada» queda pálida ante la de Jon Glassett, que me encantó: Un día todos vamos a mirar atrás y mentir sobre esto.
Aplausos.
Oh fuck, algo no está bien
Después de la presentación «estatuaria» de Britney Spears en los VMA de MTV, hubo toooda una serie de repercusiones, la peor de las cuales ocupa 2 minutos, aunque la vergüenza ajena ataca a partir del segundo 5.
Con gusto lo subtitularía, pero escuchar esto varias veces puede ser peligroso, algún voluntario?
Estados Unidos te trata bien… hasta la policía te trata bien
Hasta la pinche policía te trata bien en USA.
Qué hace uno sentado por 40 minutos en un taxi que no se mueve? Charlar con un ex-migrante sobre la vida del otro lado de la frontera.
Grabado con mi celular, sin edición, pero si se convierte en una serie, juro que va a mejorar la calidad.
Kill the gun
Muy buen video, con un cierre que refuerza el mensaje en un giro sorprendente.
Trece años es MUCHO tiempo
Viendo mis top songs en last.fm, se ve muy claro que 13 años proveen un arco con suficiente amplitud para que casi no se note el paso desde el metal y la energía de Danzig a la cadencia y arrullo de un fado de Ana Moura.
Me voy a tomar mis pastillas para el reuma.