Argentina: nunca más carta blanca

La mejor forma de convertir un candidato estelar en un imbécil de proporciones apocalípticas es permitirle gobernar un tiempo. La propia dinámica del gobierno, las enormes fuerzas que actúan en «la vida nacional», garantizan que por cada acierto, falla y hasta estornudos del depositario de la esperanza de los votantes, habrá quienes lo vean como el peor enemigo de su rincón del universo.

Esto en Latinoamérica es más pronunciado, porque la corrupción y los personalismos son de las prerrogativas básicas que componen los fueros del mercenario electo. Basta que cualquier persona forme parte de un gobierno un tiempo, para que podamos descubrirle varios pecados por acción u omisión.

¿Entonces no hay nadie limpio? Claro que sí, pero esos no duran. La política es un negocio de equipo y si no eres «productivo» en tu puesto, en ingresos o provisión de plazas para instalar amigos, pondrán a alguien que sí lo sea.

Dadas estas condiciones de juego, con todo este lodo en el campo cubriendo oficialismo y oposición por igual, el peor enemigo del ladrón con fueros es una población despierta. Por eso el camino elegido por varios gobiernos latinoamericanos fue el de los subsidios y dádivas a sectores de la población que luego actúan como primera fuerza de choque para acallar o restar legitimidad a cualquier protesta o desacuerdo.

Hoy Argentina vota al próximo presidente. Esa persona estará obligada a gobernar por los próximos 4 años y como contraprestación se la colocará en la cima de la pirámide alimenticia de la corrupción y los negocios nacionales (y en el poder Ejecutivo, y en los libros de historia, pero eso es lo menos dañino).

No importa quién gane, gasten todos los aplausos esta noche. Hagan el experimento de tener un gobierno con toda la población en contra. Abandonemos en toda Latinoamérica -país por país, elección por elección- el estigma colonialista de entregar el poder a cambio de espejitos de colores.

A 25 años de Tiananmen

Dice un tango que veinte años no es nada. Dice un aforismo que la juventud es una enfermedad que solo el tiempo cura. Dicen que viajando se fortalece el corazón

Hace 25 años el gobierno chino masacró a más de 2600 estudiantes, para acallar sus pedidos de democracia. Parece una eternidad. Hace 25 años que «Tank Man» detuvo toda una columna de tanques con dos bolsas de supermercado.

Tan poco sabemos de esa época y esas latitudes, y tan efectivo ha sido el aparato estatal chino para desmenuzar el recuento de los hechos, que solo tenemos una foto de ese incidente y más tarde se publicó su versión amplia, que muestra la marea de tanques que mandó Deng Xiaoping para explicarle a los estudiantes que la democracia es de esos vicios occidentales que no van bien con las tradiciones milenarias chinas.

Vista amplia de Tank Man, el ícono de las protestas de la plaza Tiananmen

Vista amplia de Tank Man, el ícono de las protestas de la plaza Tiananmen, por Stuart Franklin

Me admira esa energía irrefrenable que enciende a los estudiantes generación tras generación. Desde La Bastilla hacia adelante, los movimientos revolucionarios han sido «cosa de jóvenes». Desbocados idealistas que chocan contra cualquier poder, casi siempre sin plan ni método. Me duele que casi siempre pierdan, pero es cierto que una cierta estabilidad se agradece.

El Bloody Sunday en Trafalgar Square, el Mayo Francés en la plaza de la Sorbona, los chinos en Tiananmen, mexicanos en Tlatelolco, egipcios en Tahrir, los turcos en Taksim. Parece no haber freno a la energía joven que no acepta barreras artificiales. Mientras ellos tengan banderas que levantar, el mundo será gradualmente un mejor mundo.

Y que nadie se queje de la explosión demográfica, que 20 años no es nada y quizás esté naciendo la generación que por fin nos libere del todo.

He visto a las mejores mentes de mi generación…

…ir a trabajar en optimizar las ganancias derivadas de banners publicitarios en Internet.

Una de las críticas recurrentes que se le hacen a Silicon Valley tiene que ver con la aparente superficialidad de sus actores. Suscribo en parte. Si comparamos rápido, mientras que entre los ’60 y ’80 los avances que surgieron de SV florecieron en torno al hardware y la miniaturización, posibilitando la aparición de la PC y luego haciéndola usable por gente no entrenada vía interfaces inteligentes y software destinado al usuario hogareño, la última generación de emprendedores que habita el Valley parece menos preocupada por resolver los-grandes-problemas-del-mundo y los podemos ver atraídos hacia temas que parecen banales en comparación.

Centenas de millones de personas no tienen acceso a agua potable, pero si se compraran un smartphone podrían usar Uber. La evidencia disponible sobre el calentamiento global sobrepasa cualquier medida, pero capeamos los días de lluvia con Candy Crush.

Mariano Amartino repitió durante mucho tiempo la primera línea de este post. Durante años la «industria» de la publicidad en Internet trabajó para extraer mayor valor de cada par de ojos que se pasea por la red. La cantidad de tecnología en forma de algoritmos, estadística, inteligencia y finanzas que hay detrás de los sistemas publicitarios de Google, Facebook y amigos, comprende el trabajo de hordas de científicos que logran mover millones de dólares en las milésimas de segundo que se posan tus ojos en un anuncio puesto en cualquier página web.

Le tengo malas noticias. Si eso parecía poco loable frente a los desafíos disponibles, ahora tenemos un nuevo límite inferior: Silicon Valley quiere tener voz y voto en el negocio de la marihuana, ahora que en USA se mueven hacia la legalización.

Mientras tanto, seguimos midiendo hasta dónde va a llegar el agua del mar cuando se derritan los polos.

Pero ¿quién soy yo para definir qué hacer primero?

Se trata de Internet, no hay otros temas

La mitad de la población mexicana cuenta con medios de acceso a Internet. Este porcentaje se duplicó en 7 años (según recuerdo vagamente) y no dudo que llegaremos al 100% de cobertura en menos de 7 años más.

Ayer mientras el senador Javier Lozano mentía diciendo que se habían eliminado restricciones a Internet en el proyecto de ley de Telecomunicaciones y bajaba un poco la ansiedad de los que protestaban contra esas restricciones, se elevaban voces que insistían «Internet es solo una parte, la #LeyTelecom tiene muchos otros defectos».

Les cambio todos los otros defectos por que dejen Internet en paz.

Si aseguramos que no haya interferencia con la red y siga siendo el terreno fértil para la creatividad y educación que ha sido hasta ahora, ganamos todos.

Claro que no todo son flores, hay bastante basura, pero ya tenemos leyes para lidiar con la basura. El Subsecretario de Comunicaciones usaba uno de los comodines favoritos de los «guardianes de la corrección», la pornografía infantil (el otro es el más genérico «seguridad» que siempre surge cuando no te quieren explicar algo), para explicar que era necesario incluir provisiones de geolocalización de ciudadanos, bloqueo de servicios y censura de contenidos, todo sin ningún requerimiento de intervención judicial, en el proyecto de ley.

¿No hay ya leyes que castigan la producción, distribución y acceso a pornografía infantil? ¿Así de atrasados estamos en México? ¿O simplemente están repitiendo la muletilla porque quieren montar su propia NSA que todo lo ve y lo puede, a la par de cagarse en los derechos de los ciudadanos? «Queremos monitorear la ubicación de todos y que los ISP guarden registro de todo para que si a alguno se le ocurre ver una foto de un menor, lo cachemos». Ok, también pongan cámaras en cada calle, cada casa, cada habitación y cada baño, porque seguro alguien tiene las mismas fotos impresas.

Joden con Internet para preservar el negocio de sus grandes amigos, los medios masivos, a quienes les deben su trabajo. Otro de los «defectos» del proyecto de ley es que no ataca el monopolio Televisa-Azteca en televisión. Sí, son dos, pero es un oligopolio donde los únicos 2 participantes son socios en negocios de enorme importancia, suficiente como para que coordinen sus restantes actividades.

Imaginemos que perfeccionan el texto de la ley y rompen con el monopolio. ¿Cuántas más cadenas de TV abierta habría? ¿Otras dos, con dos canales cada una? Sumamos 96 horas de programación por día, si pusieran contenido original 24×7. La última estadística de Youtube que recuerdo dice que POR MINUTO se agregan 65 HORAS de contenido a la red.

Dejen que Televisa y TV Azteca se queden con su monopolio. Dejen que sigan produciendo basura 8 horas por día. En cinco o diez años van a implotar, cuando más gente prefiera entrar a Khan Academy o a pendejear en Facebook chateando con amigos que a ver la última novela actuada por marionetas y escrita por tipos en coma. Dejen que la misma MPAA le joda la existencia, haciendo que las películas lleguen 2 años tarde a la pantalla para su «estreno».

Imagino las horas de lobby insomne para que no incluyeran criterios de accesibilidad para personas con discapacidades en el texto del proyecto. La cantidad de reportes financieros con los nuevos costos mostrando que los márgenes se reducirían un 1% y eso es inaceptable.

Otra vez pensemos que la ley «se perfecciona» y logran imponerles alguna obligación a las cadenas de TV. Closed captioning o lenguaje de señas, etc. ¿Crees que eso compite con las posibilidades de Internet, donde el contenido se puede procesar con mayor libertad, sin estar preso de las limitaciones de un dispositivo como es el televisor? ¿Pausar, comenzar de nuevo y probar otros estilos/proveedores/idiomas de subtítulos? ¿Cargar solo el audio en el teléfono y salir a caminar?

Parece mentira que tantos años después tengamos que seguir explicando que Internet es el futuro y tratar de ponerle grilletes solo consigue que florezca más fuerte en otras direcciones.

El Estado, ese extraño enemigo

Estado y ciudadano son entes antagónicos. ¿Y el Gobierno? Solo una jauría de mercenarios contratados para lidiar con toda la basura que como burgueses delicaditos no queremos ver o no sabemos manejar.

Mientras Estado y Gobierno gastan ingentes cantidades de dinero (en sus mejores amigos, los medios masivos) intentando hacernos creer que «Todos somos México» o «Juntos podemos todo» en las aperturas de mundiales y juegos olímpicos, con la mano izquierda pasan leyes que sistemáticamente perjudican los intereses particulares, en pos de perpetuar su estancia en el poder, la impunidad en caso de una transición, o si fuera posible, ambas opciones, que para eso están los políticos de oficio.

Cuando las tribus nómades delegaron poderes en el consejo de ancianos, la razón era evidente: esos viejos habían visto todo. Eran los que sabían dónde ir a cazar según la temporada y también los que habían visto ríos desbordados regresar a su cauce sin intervención divina (o con, ellos saben más). Los viejos eran tíos de varios y abuelos de casi todos, así que resultaba fácil confiarles las decisiones que afectaban a la tribu completa.

El Estado moderno es la versión estructurada y reglamentada de ese consejo de ancianos, al cual con el paso del tiempo se le fueron asignando más atribuciones y responsabilidades, principalmente por voluntad de los que viven de ser parte del Estado, y no por deseo o necesidad específica de la gente. Esa línea de comportamiento sigue incontestada desde que arrancó, porque el ser humano es un chimpancé flojo dispuesto a sacrificar cualquier valor abstracto como libertad o privacidad con tal de no tener que hacer una fila en una oficina pública.

Que el Estado como entidad exista está bien, porque estos chimpancés huevones se preocupan por cosas que les son cercanas y no tienen perspectiva para «los grandes asuntos». Así nadie se preocupa mucho por hacer que se respeten las fronteras, hasta que te toca pedir visa para visitar a tu abuela; y si no me crees, fíjate en la solidaridad de los otros conductores cuando compartes una esquina con otros 20.

El ideal constitucionalista latinoamericano de 1850, cuando medio mundo andaba buscando textos para imitar, dicta: el poder fluye de abajo hacia arriba, el ciudadano es rey, los estados son soberanos y delegan en la Federación (o República, dependiendo del punto en el espectro donde se posen) una serie de atribuciones y responsabilidades bien reglamentadas para «proveer al bienestar general» y otras pastillitas de opio p’al pueblo.

De ahí a donde estamos, podríamos decir que en Latinoamérica le debemos dar las gracias a los militares, tiranuelos y dictadores «democráticos» en el caso del PRI en México, pero el fenómeno es mundial: nunca en la historia un gobierno derogó leyes proclamadas por sus predecesores, cuando estas leyes quitaban derechos al pueblo o extendían la injerencia del Estado.

Estado y ciudadano son entes antagónicos. El Estado es un mal necesario, una eficiente aspiradora de recursos que después consume de la peor manera. No somos amigos. No SOY el Estado. Y mucho menos el Estado usa MI dinero, como vociferan algunos trasnochados. Una vez transferido vía impuestos y otros atracos, es del Estado y con él hacen lo que les viene en gana. Nunca vas a zafar de una paliza policial esgrimiendo que tu dinero les paga el sueldo, solo te vas a amargar más creyendo que los toletes se compraron con tu impuesto predial.

¿Ya te agarró el miedo? ¿Ya te das una idea de la magnitud del problema? Con el discursito de «el Estado eres tú» hay una oligarquía que dicta las leyes que regulan los impuestos que pasas a deber para pagarles sus sueldos, viáticos y la redistribución de riquezas a una serie de amigos que resultan siempre ser los mismos, no importa quién gobierne. Todo mientras una parte de esa oligarquía produce TV que sirve de relleno entre los anuncios de «siéntete bien, entre todos construímos esta carretera, pero solo se la pagamos a ICA».

Votarlos o no, no hace nada. La oligarquía está preparada para la transición. Con doce años en México, me bastaron los primeros tres para conocer a todos los actores políticos, que hoy siguen siendo los mismos, salvo un par de novatos como Manuel Velasco que no había nacido cuando llegué. La sangre no se renueva en esos círculos, se recicla.

Un pueblo dormido hace un Estado tranquilo y eso es perjudicial para el individuo. Hay que votar, porque esa es la señal que entienden, pero apenas los votaste, hay que monitorear. Votarlos y odiarlos en el mismo acto de expresión política, de responsabilidad cívica. Exigir transparencia y ejercer los derechos a información para exhibir los comportamientos turbios. Informarse porque ese también es un deber cívico, más importante que respetar los semáforos o la investidura de la que ellos mismos se burlan.

Joderlos por joderlos, porque demasiado poder ya les dimos. Ahora que no sea gratis. Que trabajen para mantenerlo.

Internet para todos, pero no en tu casa

Leí una nota en Animal Político, donde Ana Lilia Moreno expone las razones por las que el estado no es el proveedor ideal de acceso a Internet, en contra de las propuestas de un grupo de ciudadanos llamado -previsiblemente- Internet para todos.

Concuerdo en general con Ana Lilia, pero hay un punto en la propuesta de IpT que me parece excepcionalmente bueno, tanto que es una bandera que sí levantaría con gusto: el estado debería ofrecer acceso a Internet en toda oficina pública, dependencia descentralizada y en algunos espacios selectos donde se detecte un beneficio social preeminente.

Con eso no competiría con los proveedores privados y sí ofrecería un beneficio particularmente orientado a segmentos de bajos ingresos. Además de espacios previsibles como bibliotecas y escuelas, ofrecer acceso a internet gratis permite:

  • En el hospital público, en lugar de salir a la calle para hacer una llamada desde un teléfono público, puede conectarme con un celular y usar Skype o Whatsapp sin consumir saldo.
  • En el precinto de policía, puedo tomar fotos y publicarlas en redes sociales o espacios de denuncia ciudadana para prevenir o documentar abusos, condiciones indignas, etc.
  • La explanada delegacional o un parque público puede convertirse en un lugar de reunión para jóvenes en un espacio cuidado, iluminado y con oferta alternativa de actividades, como el skate park inaugurado recientemente por el Jefe de Gobierno.

Para mí está claro que pedir que te lleven Internet a la puerta de tu casa es excesivo. Incluso encontrando los estudios que dicen que tener acceso a la red genera beneficios culturales-educativos por solo existir, sigo creyendo firmemente que es mejor un espacio de competencia con pisos de calidad (que hoy no hay en Mx), antes que dejar todo en manos del estado.

Como contrapartida, el estado tiene la oportunidad de convertir el acceso a Internet en una fuerza de desarrollo por cercanía, tangible y a todas luces beneficiosa, sin poner nerviosos a los proveedores privados de acceso. Y, si andan con MUCHAS ganas de hacerlo bien, dar el ejemplo con un servicio de calidad, que impulse esa sana competencia que aparentemente no florece solo con capitalismo y libre mercado.

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Chusma, chusma, Gobierno Federal. Eso no se hace.

En Animal Político tienen toda la saga de la pelea MVS – Gobierno Federal.

Lo que me llama la atención del asunto es que -después de un ir y venir de acusaciones- Joaquín Vargas sale a defenderse/presionar con una serie de chats de BlackBerry Messenger, impresiones de emails y otros documentos que nacieron privados. La respuesta enaltecedora del Gobierno Federal: ¡la misma! Sale Alejandra Sota casi en cadena nacional a mostrar comunicaciones privadas de oficiales del estado con un particular.

Habría que ver qué dice la ley al respecto, pero estoy bien seguro sobre lo que dicen los usos y costumbres: un particular tiene expectativas razonables de privacidad en todas sus comunicaciones interpersonales, mientras que el Estado NO.

La mejor señal al respecto es que LOS ESTADOS NO SE COMUNICAN como cristianos normales. Tienen hordas de burócratas escalonados para licitar, publicar, registrar, verificar y validar cada latido de la maquinaria estatal.

Por supuesto que hay conversaciones privadas, negociaciones susurradas y apretones de manos bajo el mantel (o lisas y llanas presiones y amenazas), pero ESO NO SE HACE. Entonces si ocurre, y viene un filibustero como don Vargas a sacarte los trapitos al sol, ¡la respuesta NO es agregar trapos al tendedero!

Entonces, queridos amateurs a punto de entregar la estafeta del Gobierno Federal:

  1. Charlitas privadas: NO SE HACE.
  2. Charlitas privadas vía medios guardables: MENOS.
  3. Ignoraron 1 y 2, y viene un viejo bucanero como Vargas a mostrar cuanta estupidez le dejaron guardar, estudiar e imprimir: CIERRAN EL PICO.
  4. Les enseñaría este tipo de conocimientos avanzados en persona, pero dudo que anuncien una licitación para esto.

Pontifica, pontificador. Pronto encontrarás un espejo

Llevamos años siendo aleccionados por Hollywood, entre otros tantos temas afines a los intereses de bajada de línea de la Casa Blanca, acerca de las desventajas de vivir en un país bajo el yugo de la ley de la Sharia:

  • Te pueden condenar a azotes por mirar feo a cualquiera.
  • Te pueden sacar los ojos si le miras las «regiones pudendas» a alguien, y esas regiones incluyen un área de 1 km a la redonda.
  • Te mandan a vestir un montón de ropa y además una tienda de campaña que cubre todo por encimita, no sea que alguien se entere que tienes piel. Y en esos países en que la temperatura promedio son 40º, debe ser torturante.
  • Te descuadran a pedradas si el viento te vuela la tienda de campaña (o si te cepillas a un vecino).
  • Tienes que escuchar a una jauría de gordos bienintencionados pontificar cómo alguien se está cepillando tus derechos humanos, y vives bajo un régimen poco humanitario, etc.
  • Analizas 10 minutos y ves que los mismos imbéciles pontificadores perpetran burradas semejantes a las que acusan, bajo excusas lógicas igual de inverosímiles, con el mismo desparpajo de un jeque (los fueros y los petrodólares producen los mismos efectos en los subyugados).
  • Todo por orden del mismo Dios.

Yahveh y Alá eran el mismo dios, antes del cisma entre Ismael e Isaac. La idea de negar derechos sobre el propio cuerpo (ya sea aborto, muerte digna, género e identidad sexual, etc.), joderles la vida cívica a los homosexuales, soslayar la ciencia en pos de la superstición y otras bondades, vienen de los mismos libros, pilares místicos de organizaciones políticas onerosas y perniciosas para la sociedad en conjunto.

El 50% (y a veces más) de la población de USA piensa igual que el 85% (creo que soy generoso, debe andar en el 95%) del Islam. La mitad del espectro político de USA es un espejo de los musulmanes a los que condenan, mientras actúan igual. El 100% de Hollywood está en USA y se financia de capitales interesados en impulsar mensajes que a veces parecen criticar lo que en privado se aplaude.

Fuck you, fellow human, porque Diosito dice.

Todd Akin: es peor de lo que pensabas

La verdad es que la respuesta podría haber estado mejor armada. Todd Akin, el recientemente anunciado candidato retrógrado conservador al Senado por Missouri, tratando de explicar su política anti-aborto sin excepciones, dijo en TV:

First of all, from what I understand from doctors, (pregnancy from rape) is really rare, […] If it’s a legitimate rape, the female body has ways to try to shut that whole thing down.

Previsiblemente, Internet explotó. Lamentablemente, en Latinoamérica Internet tradujo mal y explotó igual.

Medio mundo se enfocó en «legitimate rape» y salió a condenar al poco probable futuro senador por su salvajismo, aleccionándolo sobre la imbecilidad que implica juntar esos términos.

Seamos un poco más fríos en el análisis. En USA (sin ponerme a investigar) no debe quedar ningún rincón, por más Alabama que sea, sin leyes condenando la violación. ¿Qué hay, entonces, en la mente de un fulano que se opone a rajatabla al aborto, nomás porque Dios se lo dijo?

Que hay violaciones ciertas e indiscutibles, en que un desconocido ataca a una mujer y se impone sobre ella. En ese caso, el cuerpo de la mujer, en su infinita sabiduría, toma sus propias, misteriosas medidas anticonceptivas y nos evita una discusión sobre aborto para alegría de Diosito.

Y hay otras violaciones. Nebulosas, difíciles de delimitar, como cuando el novio borracho insiste de más, o el marido violento amenaza y gana. O el tío mano larga con la sobrina púber. Uno nunca sabe realmente qué pasó en ese garage. A esas Diosito las considera una zona grisácea, y el aborto es MUCHO peor. Nuestro partido y nuestros votantes están de acuerdo en eso. Eso piensa.

Después del ensalzamiento electoral que vivimos en México, conviene recordar que los políticos son un mínimo común denominador de la sociedad a la que representan. En general, cuando hay duda, se nivela para abajo. Y también pasa que cuando llegan alto, les da vértigo. No es su elemento.

En contra del voto nulo

Mi problema con el voto nulo es que no sirve para nada en México, y en ningún otro país donde el voto no sea obligatorio.

El abstencionismo, el voto en blanco y la anulación del voto son herramientas válidas en todos los casos, son mecanismos de expresión del electorado que no deberían ignorarse, salvo que el sistema electoral te lo haga fácil de entrada.

Mientras que en otras democracias la figura del «mandato sin representación» denota severos problemas sociales estructurales, en México las presidencias se ganan con un 25% de los votos y con un 60% de asistencia a votar. En la práctica, el presidente de México está obligado a gobernar, pero estadísticamente no representa a nadie.

Entonces, para «hacerles saber a esos desvergonzados con quién están tratando», el voto nulo es equivalente a proponer «hacer silencio mientras dormimos» como alternativa.

Si estás tan desesperanzado con el panorama que te daría culpa votar por alguno de los esperpentoscandidatos que se presentan, piensa que hacer invisible tu voto es PEOR.

Alguien va a gobernar el país, tu estado o tu ciudad, y sería mejor que esa persona asuma con el consenso de un gran número de votantes. Que represente a un amplio sector de la población, aunque sea por descarte, genera también la presión de rendirle cuentas a un número mayor de ciudadanos.

Para cambiar los candidatos que llegan a postularse, hay otros caminos: si TODOS votan, es más difícil repartir despensas para inclinar la balanza y si TODOS se informan, los partidos van a tener que proponer candidatos que sean más que una cara bonita de cartón.

Si eres uno de los pocos que puede presentarse a votar sin ser acarreado, sin impedimentos, conociendo la importancia del evento: no hagas invisible tu voto. Votar es una obligación cívica y moral del ciudadano, aunque la ley no imponga penas por la ausencia. No dejes de hacer tu parte.

Ya basta de marchas. Falta todo lo otro.

No confundirse: me encantan las marchas. Me fascina que esta juventud que todos creíamos apática y dormida dé estas muestras de iniciativa y estado de alerta.

Me encanta que los lazos tenues que se crean en las redes sociales den paso a conexiones que se hacen reales cuando mil personas alzan la misma bandera sin caudillos ni sobornos.

Todo esto es una maravilla, pero lamentablemente no alcanza para dar vuelta una elección, como le escuché a algunos esperanzados.

Hay dos caminos complementarios para dar vuelta esta elección, ambos extremos, ambos con potencial de ser un punto de inflexión histórico, los dos en manos de estos mismos jóvenes que exudan energía.

Las dos opciones recaen en copiar las tácticas de los partidos políticos. Ellos son expertos en conseguir votos de gente a la que le da lo mismo si los candidatos viven o mueren. Aprovecha las tácticas, desprecia el fin mezquino y el tráfico de influencias.

1- Todos a las casillas de votación
La primera es fácil: invita (y lleva) a la gente para que se presente a votar. Que se rompan los records de asistencia, que cualquiera que resulte elegido, sienta la mirada atenta de un país que no está dispuesto a dejarse arrastrar.

Ganar una elección con el 25% de los votos es como recibir una patente de corso: a la mitad de la población le interesa tan poco el resultado de la elección, que ni se presenta a votar. Te queda un cuarto de «oposición» dividida en dos o más bandos y defraudar a tus votantes es difícil, si se les pagó puntualmente por los votos.

¿Cómo romper el círculo vicioso? Es un poco más fácil que trasladarse a un monumento ignominioso y alzar la voz: alza la voz en tu edificio, en tu vecindad, en tu colonia. Sal a visitar a tus vecinos y parientes, invítalos a votar. Ofréceles tu ayuda si les cuesta movilizarse. Reserva unos pesos durante el próximo mes para hacer unos cinco viajes en taxi entre tu calle y la casilla, para hacerle la vida fácil a los más viejos.

Lucha contra los acarreos y las despensas con un taxi y una sonrisa. Toma la democracia en tus manos, porque es tuya y no de los que se apropian del proceso electoral como si fuera una concesión comercial.

2- Fuego se combate con fuego
La segunda táctica para cambiar el rumbo de la elección también se apropia de las prácticas de los partidos: hay que informar al electorado.

Mientras que los partidos buscan mensajes efectistas e invierten ingentes cantidades de recursos públicos en lanzarse basura mutuamente (cierta o no, sigue siendo basura), también muestran un claro plan de acción para quienes estén interesados en enaltecer el climax de la democracia.

Ya que vas a hablar con tus parientes y vecinos, aprovecha para entregarles información de calidad sobre quiénes son los personajes que esperan ser votados. Si ellos buscan diferenciarse y hacer que sus propuestas no sean comparables, busca presentarlos en un plano de igualdad. Busca los prontuarios del círculo de asesores (y cómplices) que integrarían el gabinete, no te quedes en qué persona va a acceder al gobierno, exhibe también qué maquinaria partidaria se va a instalar con ella.

Si hacen promesas huecas, muestra cuáles de ellas son obligaciones cívicas o impuestas por la posición. Si no son claros en su discurso, ofrece preguntas y perspectivas.

El cambio verdadero es interno
Quizás el efecto neto de estas acciones no cambie el rumbo que hoy se ve en las encuestas, pero creo que es indispensable encauzar esta energía que está chispeando en el ambiente para hacer que la política regrese a la gente y no quede para siempre en la vitrina de la TV.

Es necesario llevar las voces y los ánimos lejos de la calle, lejos de las masas y plazas públicas, cerca de la mesa familiar. La política se limpia cuando forma parte de la conversación de quienes cuelgan la ropa en una azotea y crece cuando está presente en los espacios más íntimos, las charlas entre hermanos, la mesa del café.

Politikós se puede traducir como ciudadano, y somos ciudadanos cuando reconocemos un destino común con el otro. Es momento de dejar las audiencias etéreas de Twitter y las batallas de hashtags para extender la mano al vecino, porque de su voto y del tuyo depende el destino político de corto y largo plazo.

Politiquería 0 – Mundo pensante 1

El viernes pasado fue el acto de cierre de Genera, un proyecto que durante 10 semanas incubó a 10 emprendimientos tecnológicos mexicanos de excelente nivel, que ese viernes tuvieron oportunidad de presentarse formalmente frente a inversores potenciales, recibiendo merecidos aplausos y críticas.

El evento en general brilló, las presentaciones fueron muy buenas, con sorpresas incluso para mí, que participé en el proceso de incubación y conocía a los equipos.

Dicho eso, los dos esbirros que mandó el Gobierno del Distrito Federal (ellos pusieron los fondos para el proceso de incubación) a participar en el evento dieron vergüenza:

  • El representante de la comisión del Bicentenario, Bi100, que durante su discurso de apertura dedicó dos tercios del tiempo a dejar bien claro que «él no iba a hablar del derroche manifiesto que perpetra el gobierno federal en las festividades del Bicentenario, ni iba a mencionar la contratación escandalosa de un australiano para deslumbrar a los mexicanos, etc, etc, etc».
    Burdo. No estaba hablando frente a una sarta de acarreados.
    Su función en el evento era ensalzar a los jóvenes soñadores y proactivos que estaban ahí para mostrar que hay otro México, lejos de las riñas partidistas (btw, vivir donde el gob. federal concentra la pirotecnia te permite ahorrar un poco, pero el Bicentenario se considera «obra pública», verdad? Alimenta muchas bocas y bolsillos, sospecho).
    ¿O acaso el dinero destinado a Genera no fue para promover la cultura emprendedora, sino el equivalente a la compra de una página en un diario? Un espacio rentado para bajar línea, frente a cualquiera, a cualquier costo.
    Por mí, quédense con plata y mensaje, no son necesarios para mostrar que sí hay un México distinto. Frente a los proyectos de Genera, no es necesario hacer esas payasadas para generar contraste.
  • Otra luminaria: el perrito entrenado que mandaron de la Secretaría de Medio Ambiente.
    Profiriendo joyas como «En México hay agua, no hay riesgo de que falte, cualquier cosa que digan en contrario es mentira» o «Quizás a la gente no le importa si no tienen agua», el tipo demostró las peores consecuencias del embrutecimiento que conlleva pasar de la esfera profesional a la política.
    Por el aspecto, es un niño bien, probablemente educado en altas escuelas. No parece animal de mitin, repartidor de despensas, pero actúa como uno. Debe pensar que repetir a ciegas el mensaje que le mandaron repetir cuenta como parte de su trabajo.
    Quizás la Secretaría de Medio Ambiente cree que los proyectos para ahorrar agua corriente o recolectar agua de lluvia son superfluos en una ciudad que se ahoga en verano y se muere de sed en invierno.
    Es más, me gustaría saber qué estudios/evidencias tiene la dichosa Secretaría para afirmar, en boca de su vergonzoso exponente, que a la gente no le importa que falte agua en su casa. ¿Será por eso que no hay agua corriente para todos en México DF?

Triste destino del politiquero cuando está fuera de su elemento. Todo ese discurso sordo y onanista no resuena en el mundo pensante.

Impuestos, política, comunidades y otras malas palabras

Esta semana se vivió en México un fenómeno sin precedentes en su historia: miles de personas usaron Twitter y otras redes sociales para congregarse alrededor de una protesta generalizada contra el plan presupuestario enviado por el presidente Felipe Calderón al Congreso.

Este es un vistazo a muchísimas aristas interesantes que pude encontrar mientras seguía febrilmente el proceso.

Preámbulo

Nací en Córdoba, Argentina. Vivo en México hace casi 8 años.

En este tiempo he formado parte de múltiples empresas y actividades, produciendo bienes y servicios, empleando personal y consumiendo bienes y servicios.

Estoy esperando que se cumplan plazos legales para pedir la naturalización/ciudadanía mexicana. Hace años que México es mi hogar y mi lugar en el mundo. Jamás envié remesas al exterior, al margen de algunos regalos y he insistido en que mi familia y amigos argentinos vengan a visitar MI CASA.

Más allá del discurso de los detractores previsibles que SIEMPRE van a tener un «Argies go home» a la mano, estoy tan «tejido» en el entramado social y económico del país como cualquier otro.

Con esa licencia, opino.

Algo de contexto, algo de historia

La primera vez que tuve conciencia de las supuestas ventajas de vivir en un país petrolero (que, curiosamente, tiene precios de gasolina como si no lo fuera), fue en el 2003 o 2004, cuando los precios mundiales del petróleo comenzaban a escalar sin control aparente.

Por esos días, escuché en la radio que se estaba preparando la Ley de Ingresos (una de las «mitades» del presupuesto nacional), con base en un valor -conservador- estimado del barril de petróleo de U$27, mientras que la cotización internacional superaba los U$55.

Mi primera reacción fue de fascinación. ¡Qué gente inteligente, qué sistema civilizado, que subestimaba sus ingresos y construía una fondo de reservas para momentos complicados! Sumando a eso que el IVA en México es de 15% mientras que en Argentina está por el 21% (y casi sin exenciones), ¡viva el oro negro!

Aparentemente el único fascinado era yo, ya que los organismos internacionales de crédito y las calificadoras de riesgo de deuda soberana llevan años pidiéndole a México que se despegue del petróleo.

Y después de mucho rezarle al santo equivocado, entre 2008 y 2009 se acabó el dulce. El precio del petróleo se desplomó con todo éxito, dejando a los cerebros de finanzas del Estado como Tarzán llamando a sus amigos: en pelotas y a los gritos.

Si las calificadoras internacionales bajan el grado de los certificados de deuda de México, se desequilibran muchos componentes de las finanzas nacionales. Se pone caro endeudarse, un recurso que se usó cuando la epidemia de influenza pegó con toda su fuerza y se tomaron créditos «blandos» (ergo, baratos) que no serían accesibles con una mala nota por parte de Fitch y sus amigos.

Pausa para la queja obligatoria: Fitch y sus parientes (especialmente sus madres) son uno de los actores instrumentales en la crisis financiera global que se vive. Ellos calificaron como «excelentes» títulos de crédito que hoy no sirven como papel de baño, y repitieron el «errorcito» un trillón de veces. Se merecen hacer una cata de los servicios de mutilación genital de Angola, pero lamentablemente seguimos inmersos en un sistema que toma sus inexcusables calificaciones como referencia para operar.

Pausa terminada, ahora la solución: el mensaje general que recibió el gobierno federal fue de destetarse del petróleo y ampliar la base de contribuyentes, para tener un sistema/entorno de recaudación más equilibrado y menos expuesto a las fluctuaciones del precio del petróleo, que hoy anda como menopáusico.

Escucharon bien? Parece que no

El gen latinoamericano pegó con toda su fuerza en el equipo presidencial y se pasaron algunos matices de la recomendación por el Arco del Triunfo.

¿Qué es el gen LatAmH1N1? El que sistemáticamente ataca a todo político local y le impide actuar como estadista. El que convenció al equipo económico mexicano de que su misión no era crean una estructura fiscal sólida con bases filosóficas claras y equidad contributiva, sino que el asunto era recaudar, porque con el bajón del petróleo se nos pusieron pesados los pañales.

Entonces en vez de buscar recaudar MEJOR, se fueron por la tangente fácil y rápida, cual alumno burro que copia en un examen.

Las decisiones que tomaron, a grandes rasgos, fueron:

  • Levantar a 26.5% el impuesto a la cerveza
  • Agregar $0.40 a cada paquete de cigarrillos
  • Levantar 2% la tasa máxima de Impuesto Sobre la Renta, y bajar los mínimos imponibles
  • Subir el IVA del 15% al 16%
  • Cobrar un 3% de impuesto a las telecomunicaciones

Nota: la propuesta original del Ejecutivo era peor y los diputados la lavaron un poco. Los puntos de arriba son los puntos «bendecidos» por la Cámara Baja.

Resumen: vamos a levantar plata donde sea fácil y donde ya estemos haciéndolo. ¡Vive la Regresion!

Incluso los dictámenes internos de la cámara de Diputados -esos documentos que justifican sumas pagadas en concepto de asesores que cortan la respiración- evaluaban favorablemente el que existan pocas empresas de telefonía, lo que facilitaría enormemente la fiscalización. Recordemos que en México hay dos grandes cerveceras, dos grandes tabacaleras y cambiarle el porcentaje al IVA es trivial.

Primera hipótesis alarmista

Se tomaron medidas regresivas que NO responden a la recomendación original. Consecuencias: el gobierno federal pierde los pocos puntos de confianza y apoyo popular que le quedan y las calificadoras van a bajar la nota a los bonos soberanos.

De dos males, el peor.

Rebelión en el zoológico

Cuando se conoce la propuesta de Ley de Ingresos que manda el Ejecutivo a la Cámara de Diputados, se desató una ola de rechazo entre los usuarios de Internet, centrándose en la propuesta de impuesto a las telecomunicaciones, traduciéndola como un «impuesto a internet«.

Twitter se convirtió en un chat masivo durante 2 días donde los usuarios activos mexicanos usaron la etiqueta #InternetNecesario para identificar sus mensajes. Alejandro Pisanty, decano de la red en México fue motor, eje y bandera del fenómeno (para no llamarlo «movimiento»), agregando y difundiendo estudios e información, proponiendo temas de discusión y no durmiendo nada.

Tengo que reconocer algo: en un país en el que la población general transmite una sensación desconcertante de apatía política -quizás gracias a 70 años de «no necesitar pensar» porque el PRI paternalista decidía y solucionaba todo-, el ruido que se armó superó mis expectativas.

El último conteo de usuarios mexicanos de Twitter da como resultado unos 31,000, y la última estadística de cuentas activas marca un 25% en promedio en toda la red. El conteo de mensajes con la etiqueta #InternetNecesario da como resultado 68,000 mensajes enviados por 11,000 usuarios, indicando que TODOS los mexicanos activos en Twitter se sumaron al fenómeno.

Los que dieron el sí

Mientras Twitter hervía, los diputados pasaban sin mayor sorpresa los puntos polémicos de la Ley de Ingresos. Un grupo de ridículos intentó copar la tribuna y acallar con gritos de «No más impuestos» las presentaciones de los proponentes y las respuestas a cuestionamientos (esos sí se hacían con silencio de la tribuna, previsiblemente).

El PRD y sus amigos gritaban en contra, el PAN gobernante y el PRI devenido en (casi?) primera fuerza política pasaban las votaciones con promedio de 430 a favor versus 50 en contra.

¿Por qué dar el sí a tal colección de burradas? Los niños del PAN, porque así les ordenaron desde «arriba», entonces se olvidaron de sus representados «allá abajo». Los lobos del PRI, porque van a ser gobierno en 2 años, y sería una verdadera estupidez recibir la invitación a la fiesta y no tener qué ponerse para disfrutarla.

Una discusión desbalanceada

El ruiderío en Twitter me puso a pensar en varios temas paralelos. Me puse un poco punk en partes y creo que mis opiniones jodieron un poco, pero la idea general cuajó.

  • Impuesto a las Telecomunicaciones versus Impuesto a Internet: al inicio de la discusión, cuando los mensajes estaban bastante desarticulados, el rechazo a este impuesto sonaba a «me quieren prohibir el acceso a la pornografía!» hasta que A. Pisanty dirigió un poco la conversación y surgieron estudios con números y proyecciones.
  • Impuesto a las Telecomunicaciones versus IVA: me puse muy punk cuando NADIE mencionaba el impacto regresivo de un aumento en el IVA sobre el ingreso de 70 millones de mexicanos. Para mí es MUCHO más grave, y sentí una miopía fuerte -explicable- en Twitter.
  • Revolucionarios de sofá: la noche anterior a este lío, MillerCoors y otros lanzaron una campaña alrededor de la etiqueta #BeatCancer, donando un centavo de dólar por cada tweet que incluyera la etiqueta.
    Mucha gente se limitó a reenviar tweets con #beatcancer pegado varias veces en el mensaje, y cuando comenzaron a hacer lo mismo con #InternetNecesario, se me ocurrió  que aplicaba el principio de acción-reacción: si TODA tu protesta social es un retweet, nadie te prestará atención. Darío Vasconcelos dijo: Un gobierno que sabe que los reclamos los hacen 10,000 nerds desde su teclado, es un gobierno traquilo.
  • En algún momento hablé de la necesidad de hacer más, de no quedarse sólo en Twitter, a lo que un jovenzuelo respondió con «eso! hagamos más! armemos un wiki con las votaciones de los diputados para que se sepa quién está a favor o en contra!».
    Le respondí diciendo que «más» no era tendiente a «seamos más nerds» sino que más significaba salir a la calle, incendiar autos, cortar calles, resistir el pago de impuestos, cancelar cuentas de acceso a Internet. Más es hacer cosas visibles y tangibles, con efectos socio-económicos tangibles y claros.
    El interlocutor sensible sabrá diferenciar cuándo una incitación a quemar autos es usada para agregar efecto a un dicho.
  • Entonces surgió la propuesta de reunirse y plantarles cara a los senadores, que aplaudí. Pisanty en la reunión dijo «hay que ponerles cara a las @» y eso representa exactamente el espíritu de mi queja anterior.
    Se coordinaron esfuerzos -y acá creo que León F. Sánchez fue instrumental para conseguir la reunión por su relación previa con el senador Castellón-, se juntaron en el Centro y tuvieron una reunión de 2 horas con 3 senadores que escucharon y dialogaron con muy buena predisposición.
  • Antes y después de la reunión, se pudo asistir al patético show de algunos punteros y operadores pro-PRD que trataban de traducir lo que estaba pasando como una cuestión favorable a su partido.
  • El Presidente del Senado Carlos Navarrete terminó la reunión estrenando cuenta en Twitter. Se conectó con 8 periodistas, ninguno de los cuales estuvo en la reunión. Un botón de muestra del desequilibrio en la percepción de los unos y los otros.

Ya nos reunimos, ¿y ahora qué?

Durante la reunión, los senadores expresaron un enfático rechazo a la propuesta de Ley de Ingresos. Yo preguntaba a qué partido pertenecían y se confirmó la sospecha. Los tres senadores presentes en la reunión pertenecían a PRD, PT y/o Convergencia, los mismos partidos que estuvieron todo el tiempo en contra de la propuesta de ley, con diputados tomando tribunas y secuestrando el diálogo.

De la serie de comentarios y propuestas que se presentaron a los senadores, ellos se quedaron con una frase/muletilla que resume el tono del reclamo: Impulsar, no tasar. Un fin loable, pero demasiado lento para la emergencia de caja que tiene el gobierno federal.

Suponiendo que todo sale como el delirio febril del twittero más radical: los senadores compran un alma y declaran que todo lo propuesto por el Ejecutivo es inservible. ¿Qué sigue? Nuevas propuestas de impuestos, nuevos estudios de factibilidad, nuevos honorarios de asesores, nuevas discusiones partidistas, nuevo round en Diputados. Misma urgencia por tapar déficit de caja. Misma base de contribuyentes.

Activismo en primera persona

El logro no es pequeño. Veinte ciudadanos autoconvocados y sin aducir representación de nada ni de nadie se sentaron 2 horas con 3 senadores, incluído el Presidente del Senado. Escarnio al que diga que es poco.

Pero fueron veinte de los 11,000 que se interesaron por la cuestión. O veinte de los 6,000 que más o menos se puede calcular que viven en México DF. O veinte de los 500 que podrían haberse tomado el rato en una mañana hábil y acercarse al centro.

No es poco, pero se necesita más. Mientras escribo esto, Ricardo Zamora está organizando «algo» que van a anunciar a las 8PM y según los anuncios permitirá a cualquier ciudadano expresarse en un ámbito donde -supongo- los políticos podrán verlo.

Yo dije «Estamos en Twitter para jugar. Hay una vida allá afuera. El tipo de los tanques en Tiannanmen no tenía Twitter» y lo sigo afirmando. Uno se informa a través de Twitter, y actúa en el mundo tangible. Hablando con los vecinos. Imprimiendo y pegando un mensaje en la puerta de su edificio, proponiendo tratar el tema en la escuela con algún profesor buena onda. Informándose más y mejor.

Todos necesitamos ese activismo. No se trata de tirar piedras ni convertirse en talibán politizado. Se trata de hacerse responsable por la porción de realidad que nos toca vivir. No es creíble que te quejes de tu realidad de mierda si no mueves un pelo para cambiarla. Cualquiera creería que te gusta.

En primera persona del plural

Hay que organizarse. Es notable y aplaudible que tres ocupados senadores se hayan tomado un tiempo para reunirse con ciudadanos preocupados, pero no es económico para ninguna de las partes. La política es un juego de números y quienes tienen más voz son los que representan a más gente.

En vista de que la AMIPCI es un lobby masturbatorio y el/la IAB sólo se preocupa por cuántos ceros tiene tu presupuesto publicitario, habría que organizar un grupo de acción que represente a los internautas (o a los usuarios de servicios de telecomunicaciones, para ser incluyentes).

Es caminar por hielo muy fino, arriba pura transparencia y abajo el lodo pseudo-sindical. Pero creo que valdría la pena el experimento.

No sólo de visitas al Senado vive el Hombre

Sino también de la satisfacción de hacer realidad lo que pregona.

Al principio de la maratón de #InternetNecesario, cuando ME parecía que la preocupación primaria era el propio bolsillo de los quejosos, me resultaba chocante que se enarbolara la bandera del desarrollo económico y la caída de barreras culturales que presupone el acceso a Internet, cuando lo que -aparentemente- molestaba en el fondo eran los MX$ 15 que había que pagar de nuevos impuestos por mes.

Por supuesto las ramificaciones son mucho más importantes que eso, como lo expuso Alejandro Pisanty en el Senado: el 3% del costo anual de telecomunicaciones de una universidad promedio equivale a 200 computadoras, el parque total de equipos de una escuela; mientras que el 3% del costo mensual de teléfono de un plomero implica hacer 2 llamadas más y quizás ganar 2 clientes nuevos. Ninguna de las dos despreciable, en realidad.

Una de las ideas disparadas al aire durante esas sesiones de twitteo febril fue la de abrir los accesos inalámbricos de nuestras casas, para que otros puedan acceder gratis a la red. Martín Varsavsky construyó un negocio gigantesco alrededor de esa idea con Fon, y en México posibilitaría abrir el juego al menos en entornos urbanos. Me parece una muy buena propuesta, una reacción sensible y clara de rechazo a la imposición sin faltar al pago. Habría que revisar los potenciales riesgos legales a los que nos podríamos exponer, pero ilustra excepcionalmente el tipo de razonamientos que circularon por «nuestra» red.

Mi idea es: compro dos, regalo uno. Al estilo de las OLPC y las alpargatas TOMS, yo pagaría con gusto el acceso a internet de una familia de bajos recursos, para poner mi granito de arena casero en el desarrollo del país.

Si el acceso a la red es TAN crucial como motor de desarrollo económico, sería completamente incoherente quien eligiera pagar 3 MokaLatteChinos de plástico por mes en vez de ofrecerle las llaves del mundo a dos niños de primaria que de otra manera no lo verían.

Es sólo un propuesta, y me encantaría que agarre vuelo, pero creo que no me interesaría que venga algún ente gubernamental a impulsarla, porque las acciones del gobierno no pueden asentarse en la buena voluntad de los gobernados. Me gustaría escuchar ideas, conectar con gente (ejem, Arturo Elías) y ver si es posible instrumentar un programa más o menos así:

  • Establecer un registro de candidatos para recibir acceso a la red, o trabajar con ONGs que estén en el campo y puedan presentarnos casos.
  • Establecer un registro de «padrinos» que estén dispuestos a cubrir una cierta cantidad de accesos.
  • Trabajar con ISPs para: encontrar la mejor solución a las cuestiones administrativas, facturación, etc.; armar planes que favorezcan a los apadrinados; compartir/subsidiar el costo impositivo.
  • Reclutar nuevos padrinos, favorecer a más familias.
  • Llevar un reporte de actividad, sentir que el mundo es un lugar mejor.

Yo ya tengo una serie de gastos bienintencionados cada mes, y no me importaría agregarle este. Creo que el acceso a internet es de importancia estratégica para la educación y la cultura, y no debería estar fuera del alcance de nadie.

Conclusiones apresuradas

Quizás el ruido alrededor del Impuesto Especial a la Producción y Servicios (IEPS es le nombre «oficial» del impuesto a las telecomunicaciones) termine resultando ocioso en lo referente a la Ley de Ingresos porque hay varios factores en juego:

  • El servicio de telefonía tiene tarifas reguladas y les resultaría difícil pasar el impuesto a los consumidores (esto es lo que comentan los analistas de Bolsa).
  • Las telefónicas podrían ampararse y congelar el cobro del impuesto, yendo en contra de la intención original del Ejecutivo de hacerse con cash velozmente.
  • Este es el único impuesto progresivo en un paquete fuertemente recesivo. Si hay presión de organismos internacionales y calificadoras, van a dar marcha atrás con todo el paquete.

Juro que quiero creer que cualquier cambio o corrección se deba en una moleculésima parte a lo que pasó en la red. Creo que todavía no pasa. No en México, no aún en Latinoamérica. Al margen de lo que QUIERA creer, un cachetazo del FMI duele mucho más que unos cuantos locos gritando indignados. Al final, habrá una Ley de Ingresos para 2009-2010 y sus estipulaciones seguramente harán enojar a más de uno.

Lo innegable es que hay 11,000 mexicanos en Twitter y varios más en otras redes, que acaban de descubrir el poder de su propia voz y lo verdaderamente importante está por venir.

Los que sobran

Los que matan. Los que mienten. Los que roban. Los que estafan. Los que evaden. Los que oprimen. Los que callan. Los que negocian. Los que transan. Los que acusan. Los que amañan. Los que hieren. Los que dividen. Los que acuerdan. Los que torturan. Los que ignoran. Los que añoran.

Los hijos de puta. Los mesiánicos. Los vendidos. Los traidores. Los maquavélicos. Los cobardes. Los obsecuentes. Los prepotentes. Los elegidos. Los descastados. Los incomprensibles. Los inexplicables.

Impotentes. Tiránicos. Dictadores. Desalmados. Delirantes. Desorientados. Oligarcas. Cómplices. Nostálgicos. Impunes. Derrotados. Ilusos. Vergonzosos.

Financian. Sostienen. Acallan. Acatan. Seducen. Revenden. Ocultan. Disfrazan. Sojuzgan. Ensalzan.

Ellos saben quiénes son. En cada país, en cada rincón, repiten un gesto, una letanía. En España visitan la tumba de Franco y le rinden homenaje. En Argentina organizan reuniones y actos de «desagravio» a Videla, y te dicen «y… había mano dura, pero con los milicos por lo menos se podía salir a la calle» apenas creen que eres «de los suyos». En Chile siguen creyendo que con Pinochet estaban mejor, total los muertos son «de lo(s) otro(s), hueón». En Alemania se rapan la cabeza y golpean a turcos, porque esa es una de las prerrogativas de la raza superior. En Irán cuentan mal los votos, para poder dispararle a los disidentes.

Nosotros también sabemos bien quiénes son, y ya no se nos escapan. Son los que ya no sirven, son los que ya no encajan. Son los que sobran.

En España estuve visitando El Escorial y San Lorenzo, donde enterraron a Franco. Lindos pueblitos, no se merecen que los huesos de esa lacra les contaminen el suelo.

Nace Eje Central, un nuevo medio con la lupa en la política

Eje Central es un proyecto que tiene a Raymundo Riva Palacio como figura y motor principal.

En una cena hace un mes, Raymundo me contaba sus planes y hasta me invitó a participar en el brainstorming para encontrarle un nombre a la criatura: me gusta mucho Eje Central, por su tono local y su literalidad útil.

El timing es perfecto en un año de elecciones, el «plumaje» que reúnen es variado y de renombre.

Aún no le doy toda la vuelta, pero encontré algunas cosas que me gustan mucho, como links directos a columnas de otros medios más y menos tradicionales. El objetivo es sumar voces, no cercar jardines.

Eje Central

Eje Central