Desde niño, todos te dicen que ir a la escuela hace bien.
Que la maestra hija de puta que me quería hacer escribir con la derecha era responsable de moldear la parte de mi carácter que le tocaba en esa temporada.
Que el maestro que se retiró a mitad de año con el corazón destrozado era tan heroico como nuestros próceres, como los siempre loables servidores públicos, y hasta como los obreros que forjaron el edén peronista unos cuantos años antes.
Que la maestra (de esta sí me acuerdo, era una suplente que se llamaba Mabel Daga) que no aceptaba que yo le corrigiera las reglas de ortografía (todavía debe creer que las sílabas tónicas son las que comienzan con H muda), era un modelo a seguir.
La secundaria, por la multiplicidad de personajes, suele ser más perdonable, en parte porque uno no juzga tanto a estos tipos que pasan un par de horas por semana diciendo cosas en general ininteligibles o aburridas a lo sumo. Rescato a Charito, profesora de Literatura que me hizo creer que podía escribir y la profesora de Filosofía y Psicología (quisiera recordar el nombre) que realmente hizo que me gusten sus materias.
La universidad tiene su capítulo aparte. Especialmente porque durante el último mes me estuve acordando de un profesor al que me gustaría incinerar ahora que dí un par de vueltas más.
Y esto es sólo la punta del iceberg. Si me hubiera enterado antes, mejor llamaba a estos buenos muchachos (cancela la alerta que aparece cuando se carga la página).
Apareció primero en Chilangoskopio.
Acaso te acordaste de El? porque si es asi avisame que puedo colaborar con un par de vengalitas para incinerarlo…
Todavia quisiera ver mi ultimo examen rendido de la… inutil? Administracion Financiera que no recuerdo uno solo de sus temas…
Igual valio la pena!
Nooooo al final yo terminé aplicando bastante más Administración Financiera de lo que esperaba.
Del que estuve recordando la familia es Alvarez, de Administración. Estoy en un proyecto que me tiene en contacto con algunos «gurúes» de marketing y management, y me hicieron recordar lo lejos que está lo que él imparte en las clases, del nivel extraordinario de estos tipos.