A esta altura muchos conocen la historia de Rick y Dick Hoyt: padre e hijo que compiten en maratones y competencias IronMan de todo el mundo, uno de ellos en silla de ruedas (y en canoa, asiento especial en bici y lo que haga falta para llegar a la meta juntos).
Hace poco, una abuela centenaria saltó en paracaídas para festejar su cumpleaños 102 (no te pierdas la sonrisa a los 21 segundos):
Y ayer descubrí a Pascale Honore y Tyron Swan, dos personas que practican surf sobre dos piernas:
Mientras me secaba las lágrimas, recordé esta presentación en TED de Derek Sivers, donde postula que la única diferencia entre un orate solitario y el líder/iniciador de un movimiento, nace cuando el primer acólito se pone a seguirlo.
Parece desconectado con el tema de los videos anteriores, pero me parece esencial: lo único que necesitan todos para lograr cosas maravillosas, cosas que quienes no tenemos dificultades físicas consideramos difíciles e incluso inalcanzables, es a otro. No un ser supernatural, simplemente otra persona, con un poco de tiempo libre, y buena predisposición.
Pienso en esto mientras espero que mi hijo Lucca termine una sesión de rehabilitación física. No solo él me necesita, llevo casi dos años descubriendo que gracias a él yo crezco cada día.