Lo que cambia es la ley, estúpido

Por estos días se habla mucho de algunas decisiones judiciales que atentan contra el sentido común, las libertades personales y las habilidades básicas para interpretar contextos.

Los nativos digitales (cualquier término mejor será bienvenido), sabemos íntimamente -visceralmente- que este panorama va a cambiar. Creemos que algún día las grandes empresas de medios, sus organizaciones «de industria» y todos los parásitos que gravitan a su alrededor, se van a despertar y descubrirán que la gente: sus clientes, su «audiencia», fans o como quieran llamarlos, necesitan un diferente producto, el que vienen reclamando desde hace tiempo.

Todos los esfuerzos que actualmente están financiando entidades como la RIAA, MPAA y SGAE para modificar las leyes de múltiples países, crear impuestos a la copia presunta y cagarse en los intereses de sus propios clientes, están por enfrentar una dura realidad: en el corto plazo, la ley prevalece sobre la cultura, pero en el largo plazo, la cultura prevalece sobre la ley. Cuando la voluntad de la gente y las estructuras legales difieren fuertemente por un plazo largo de tiempo, al menos en democracia, es la ley la que cambia*.

Así como los músculos que no se usan, se atrofian, los derechos que no se protegen se pierden; no por estructuras jurídicas inflexibles, sino por la renuncia a luchar por el cambio.

Tenemos que defender nuestros derechos, reclamar la protección de nuestra privacidad y moldear al mundo tal como lo queremos. Las leyes, las empresas, los grupos de poder sabrán acomodarse a ello. Es mucho mejor (y fácil!) adoptar un mercado que crece, que cercar el acceso a un pozo seco.

* Clay Shirky en Authors@Google.