Hay una frase que tercamente atribuyo a Oscar Wilde y alguien sabrá corregir: «nunca desmerezcas a alguien con sustancia, si puedes hacerlo con estilo». Anda por ahí cerca.
José Pablo Feinman dice que «en la Argentina no hay pelotudo que no tenga blog», y podría ser una observación creíble y hasta exacta -el que todos los pelotudos tengan blog no infiere que quien no sea pelotudo no tenga, así que los bloggers que se crean no-pelotudos se pueden calmar con esto. La caga cuando trata de explicarse.
En un rapto de profundidad, alega que [si trabajaran bajo las órdenes de un editor] «los echarían por la pésima prosa que tienen».
Genial, lo único que le falta para completar un razonamiento irrefutable es mencionar lo feos que son algunos.
En otro orden de información: tiene razón, Bucay y Coelho son basura, sus libros son deleznable escoria (y los autores bien feos!). Pero son tan necesarios como el mismo Feinman. Todos, incluído el pelotudo que suscribe, ayudamos a vaciar la cabeza de alguien más. Es mejor que estén, con mierda y todo.