Hay amigos y amigos

That’s what friends do, right? le dije a BL Ochman después de una sesión de soporte técnico remoto.

Interesante acepción del término «amigo». BL no sabe cómo se llaman mis padres, ni si están vivos o no. Yo no conozco el significado de las siglas BL en su nombre.

Las redes sociales, la tan mentada red de redes y el cambio que representan para la comunicación humana, también proponen un cambio -o al menos una extensión- en la definición de amistad.

Algunas amistades nacen en la escuela primaria y duran toda la vida. A veces las amistades mueren junto con el grupo que alimentaban, para ser reemplazadas por un nuevo grupo. Cuando mi hermano del alma Juan se casó, hice 20,000km un fin de semana para estar con él en ese -fatídico 😉 – día. Cuando mi gran amigo de la primaria Esteban se casó, me dije «estar invitado NO me obliga a ir, verdad?».

Qué cambia con internet? El diálogo y sus tiempos. Hace poco Chris Brogan contaba cómo se había sentido tratando de conversar con un grupo de desconocidos que participaban en el mismo evento con él. Le fue mal. Si hubiera tenido acceso a los profiles de los invitados, como habitualmente pasa online, hubiera podido mantener conversaciones más ricas y profundas, en vez de repetir 100 veces «quién eres y qué haces?».

Esa es precisamente la gran diferencia que propone internet para establecer relaciones. Las amistades cara a cara se desarrollan a través de incontables conversaciones. Por eso es que la convivencia en la escuela, universidad o trabajo deriva en relaciones sólidas, donde las conversaciones son la consecuencia lógica y casual de pasar mucho tiempo juntos.

En las redes sociales, en los espacios digitales, la conversación es un acto consciente y voluntario. Quien se conecta conmigo a través de mi blog y sus ramificaciones en Twitter, Facebook, LinkedIn, etc., sabe a priori que me gusta aprender sobre comunicación digital, que los diamantes me parecen puro margen, que mearía en la tumba de Pinochet y que puteo con desparpajo. Sabiendo todo eso, quien se conecta conmigo sabe de antemano qué clase de conversación podrá experimentar.

A la amistad otra vez. Durante los últimos 4 años, me he conectado con BL Ochman a través de su blog. Ya sea a través de traducciones tontas, o agregando mi perspectiva a algún comentario, linkeando desde mis posts y dialogando en Twitter, he tenido contactos más frecuentes (aunque más superficiales, claro) con ella que con otras personas a las que considero amigos cercanos.

El viernes pasé unas 5 horas ayudándola con un problema ocasionado por los brutos de Adicio. Por qué? porque podía, porque se trataba de un tema sobre el cual entiendo bastante y porque eso es lo que hacen los amigos, verdad? Incluso los futuros amigos.

Visto críticamente, falta mucho para convertirnos en grandes amigos, pero qué crees que debería hacer? No ofrecer ayuda porque «nos falta algo de tiempo»? BL, podrías hacer que tu problema espere un tiempo, hasta que nos conozcamos mejor?

Nada de eso. Las cosas se hacen, las amistades se construyen, sea cual sea el espacio.

Welcome, intrigued BL Ochman readers

I post mostly in Spanish, but I’ll give you a quick overview for your english-as-a-second-language pleasure.

I’m an average guy, born in Córdoba, Argentina and living in Mexico City (I’ve just bought an apartment, so this means I’m staying for a while). I live with Barbara Anderson, she’s editor of the leading business magazine in Mx, part of the Time, Inc. empire. She’s hot, and I totally love her.

I love «the divine intercourse of technology and communication» and I’ve been working on that intersection (better, but boring word) for years now. Social Networking is one of my primary interests and I enjoy connecting with people all over the world (having access to multiple worldviews is WAY better than trying to force mine down someone’s throat).

You already know I’m bad at design. I sometimes code, just to slow down rust buildup. Here’s my resume/bio, here’s my Facebook profile, here I am in Twitter and LinkedIn. Add me, BL says I’m a good guy (but you should get a second opinion).

Yeah, and I love parentheses, don’t you?