Queridos argentinos -diabéticos o no- indignados: lo que dijo su presidenta es solo una imbecilidad diseñada para desviar la conversación de un tema mucho más turbio, que es la expropiación de Calcográfica Ciccone.
Igualito que cuando salió el versito de las medias «Clarín miente» en Angola, mientras se definía el procesamiento judicial del bienamado vicepresidente Boudou.
No se vuelvan locos con las boludeces, que estos chicos son expertos en inventar piedras y esconder manos en bolsillos ajenos.