Un inventor, mientras buscaba y refinaba una cura para el cáncer (que parece viable), descubre accidentalmente que puede usar agua salada como combustible.
[youtube]hyn9z4vKcZI[/youtube]
Al usar un rayo de microondas sobre una probeta de agua salada, se disocian las moléculas de agua, liberando oxígeno e hidrógeno, con la posibilidad de producir llamaradas de alta temperatura.
Lo descubrí en el blog de mi queridísima B.L. Ochman.
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