Esta es mi respuesta al comentario de Gancé en "Muerte al Spam o A veces la democracia no ayuda".
NO TENÉS DERECHO a ver tu serie predilecta sin publicidad, porque no pagás por el medio.
Cuando nació la TV, se hacía con dinero del gobierno (tuyo y mío) y de un par de visionarios. Después hubo que hacerla rentable, porque no había forma de cobrar una justa cuota (imaginate un jubilado en Tierra del Fuego diciendo "yo ví un rato el domingo y se cortó la transmisión, no me van a cobrar todo el día, eh?" ) a todos los usuarios.
Bienvenida publicidad. Había una serie de empresas que producían contenidos (Minuto Odol en el aire) y pasaban anuncios, pagando buenas sumas a los dueños de la señal y facilitando el acceso al medio a gente que de otra manera no lo tendría.
No me digas que pagás por tener cable y con eso se soluciona todo, porque el cable oootro lío. Ahí en realidad estás pagando por la señal de la TVE, que no importa, de la Deutsche Welle, que no entendés y de toda otra serie de canales que no estarían en Argentina si no pagaras.
Entonces, sin tirarse mucho de los pelos, tu acceso a la TV es posible gracias a la publicidad. Si no querés ver publicidad comprate un CCTV, comprá muuuchos DVDs (originales, cuidado), los contenidos a Pol-Ka, contratá un par de tipos que te lean el diario y listo. Ojo, por el diario también tenés que pagar, y también tiene publicidad.
Ahora, por Internet sí estás pagando. Y TENÉS DERECHO a tener tu cuenta de email limpita y reluciente. Históricamente, las universidades se conectaron con fondos propios para experimentar e intercambiar información. Después vinieron las empresas y conectaron ubicaciones geográficamente distantes. Después llegaron las telefónicas y similares, y le dieron acceso a la gente, para que igual que los científicos y ejecutivos de empresas, pudieran mandar un email a Tokyo al precio de una llamada local.
Bienvenida WWW. Una vez que Internet se convirtió en un entorno gráfico amigable y relativamente intuitivo, se ampliaron los servicios que se ofrecían en él (ella?). Bienvenido Rupert Murdoch y su troupe. Dijeron "vamos a poner un site de noticias" y nace News.com (o Cnet.com, o quien sea, es sólo un ejemplo). No te cobran por leer las noticias, entonces
A bueno q discurso.
A decir verdad, uno sabe que de alguna manera esta molestando a quien recibe el mail.
Mis bases de datos están absolutamente discriminadas por diferentes valores. Así que nunca un niño de 12 años recibirá una bomba succionadora.
Evidentemente el ?e-marketing? es molesto, pero como cualquier otro formato de publicidad.
Pero no veo la diferencia entre el spam y la Publicidad de cable, o mismo la radio. Yo pago por estos servicios y todos los servicios ocupan mi tiempo con publicidad que yo no quiero ver, ni escuchar.
Pero es así amigo, la publicidad es molesta. Esta en uno en hacerla lo menos molesta posible. Por medio de criterios de públicos objetivos, o no abusando del envío de un mismo mail a una misma casilla cientos de veces.
Creo que el email es una herramienta valida a la hora de promocionar algo.
Veo que opinamos diferente, pero esto siempre hace bien.
Si yo no quisiera ver publicidad y compro los dvd de Pol-ka voy a seguir viendo publicidad, ya que aquí se abusa del chivo en la trama. Asi que NO HAY FORMA de escaparse de la publicidad.
Fulanito: esto inició como una discusión sobre «por qué no te voy a mandar Spam si hay publicidad por todos lados? No tenés derecho a disfrutar de internet sin publicidad». De ahí mi perorata.
Segundo, no pertenezco al consejo argentino de nada, ni hablo en su nombre ni por su indicación. Soy publicista de reciente cosecha, mi especialidad es aplicar tecnología a iniciativas de comunicación.
Muchas veces me he encontrado discutiendo con mis socios sobre las mejores formas de comunicar un concepto. Ellos, como viejos lobos del mar de la comunicación, a veces proponen ideas a las que yo respondo con «¬
La publicidad es por definición perversa; esto es: malversa y obtura los canales legítimos de comunicación en cualquier escala y -quid la cuestión- se regodea en ello. La respuesta que encabeza esta página es un ejemplo. Se recita un rosario de razones por las cuales la publicidad cumple un papel catalizador en los medios; casi que su apostolado no es vender sino posibilitar la civilización tal y como la conocemos (un slogan que claramente apunta al target al que la civilización no le caga en la cabeza porque puede venderle sombreros).
En cuanto a lo de los derechos que uno posee o no en base a su injerencia económica: «NO TENÉS DERECHO a ver tu serie predilecta sin publicidad, porque no pagás por el medio.» podría considerarse juridicamente lesivo, si no fuera porque es sólo un imberbe simplismo.
Lo cierto es que las virtudes de la publicidad que nuestro amigo Andrés cree encontrar nunca serán tales, por la misma razón que la publicidad de la virtud es -hablando de injerencia con mayor propiedad- un injerto. Por más clases de ética q el consejo publicitario argentino pretenda brindarnos. A ese discurso sólo hay que seguirle los pasos, cual versión cloacal de un mapa del tesoro. Obviamente esa pesquisa escapa de los cálculos de la publicidad, cuya frivolidad de análisis es sobradamente proverbial.
El precio que todo publicista paga por ser un pervertido es tener que demostrar y demostrarse todo el tiempo lo contrario, máxime dado que las huestes de la publicidad están pobladas de individuos a los que se les inculcó un concepto de clase en el que su autoimagen debe cumplir con una serie de normas «asépticas».
Aunque esto no ocurre en todos los casos: otros, lisa y llanamente, son boludos.
Si al menos fueran lisa y llanamente sádicos se les podría perdonar.
Entiendo tu punto de vista, no obstante, creo que la cuestión radica en el lugar donde se apoya la discusión respecto de los medios y sus contenidos -en este caso concreto el de la publicidad- es decir, si el análisis pasa por una lectura de fondo o de forma. Sin una lectura de fondo tenemos sociedades con modelos como el de la Argentina en los 90′, aunque podemos tener peores aún.
La publicidad es un epifenómeno social por un lado, pero al mismo tiempo ejerce una influencia normativa per se.
Y ya que abordás el tema, me parece que la vara con la que se mide al televidente es arbitraria y tendenciosa. Te doy un ejemplo sintético:
reportero: disculpe señor, podría decirme el nombre de tres delanteros de fútbol argentinos?
persona de la calle: Sí, cómo no. Maradona, San Filipo y Battistuta.
reportero: Je, que trío eh! Ahora digamé el nombre de tres premios Nobel argentinos.
persona de la calle: eeeeeh…
Bueno, de esto, para un programa de tv, se desprende la media del hombre de la calle, pero para mí se desprende la media de los productores de televisión: no importa que haya habido 5 premios nobel argentinos y 50.000 jugadores de fútbol, importa mostrar algo que tenga un «remate» y convencer a todo el mundo de que «valen lo que cotizan», otro mito…
Y el contenido de los contenidos???
Bueno, un lugar confiable para hallarlo es el diccionario: las palabras «hueste» e «injerencia», se encuentran en sendas entradas del de la real academia. No así «jurídicamente lesivo», cuyo significado complementario debe colegirse por separado.
Si los productores de tv los leyeran se enterarían de que «diversion» no quiere decir «estupidez» y de que «cultura» no quiere decir «tedio».
…y sin animo de arruinar la polémica: felicitaciones. recién estuve recorriendo un poco el blog, ya que había caído por azar…
No se puede discutir incivilizadamente con alguien si es capaz de perpetrar semejantes cortesías.
Se agradece 🙂
Me intriga: cómo llegaste?
En rigor, buscando el significado de la palabra «insert», que nunca me quedó claro. Tenía un amigo publicista que le decía insert a todo… «acá ponemos un insert con un par de manos escribiendo en el teclado»… «ahora entra un insert con una chica en bikini…»
Después me enteré que algunos productos venían con «inserts», así que le pregunté a mi amigo, pero me respondió con una serie de vaguedades ante las que por prudencia deje de insistir.
Igual, prefiero las cosas que vienen con… «sorpresa»…