Parece que Sao Paulo…

…se apaga temprano los jueves.

Estoy en una zona fuera del centro, área de oficinas. Mi hotel está a dos cuadras de la oficina de GreyZest Brasil, y en los alrededores hay muy pocos lugares donde comer a las 10 de la noche.

Mis recuerdos de veranos y vacaciones me hicieron olvidar del invierno del hemisferio sur, y cuando me encontré que a las 6 de la tarde oscurece completamente, me sorprendí.

Después de terminar con algunas deudas de la oficina, me dio bastante hambre y salí a dar una vuelta por el barrio a ver qué encontraba. La mayor parte de los lugares estaban vacíos o cerrando.

Había algunos antros típicos de gran ciudad: bares viejos con putas gastadas, comederos repletos de taxistas, pubs abriendo y poco tránsito.

Hasta que me encontré en casa.
El restaurant podía estar en 24 de Septiembre y Viamonte en Córdoba, Corrientes y Paraná en Buenos Aires, Insurgentes y Felix Cuevas en México. En este caso, era Fidéncio Ramos y R. Ramos Batista en São Paulo.

La decoración era deliciosamente horrible: cientos de botellas colgando en racimos de las vigas del techo. Cientos de botellas cubriendo una de las paredes. Platos pintados se hacían cargo de las restantes. Cajas de vino, o al menos la cara de las cajas que mostraba las etiquetas cubría el frente de un mostrador que corría por uno de los lados.

En el alféizar de las ventanas, más botellas, esta vez con velas encima y una falda de cera producto de muchas noches lentas.

Vodka tonic (es un vicio), y el mesero trae un pan de salami que es una delicia, junto con tostadas saborizadas con aceite de oliva. Por mí, me hubiera quedado con eso.

Escalopinhos do Empório: dos filetes tiernos sobre una cama de rissotto alla parmigiana, todo bañanado por una salsa (reducción, le dicen ahora) de marsala.

Glorioso.

Espresso doble y acá estoy, bostezando.

Lo que ví hasta ahora de SP me gustó. Es similar en intensidad a México, pero no tan agobiante. El tránsito es más relajado, aunque a veces se embotella igual, pero parece que las calles son más anchas, más aireadas.

Viviría en Brasil. En una ciudad como esta. El olor de la alconafta, el canto del portugués, la selva cerrada que rodea la ciudad, los 26 grados en julio, el centro velho, todo lo que estoy viendo me gusta.

Entiendo mucho más portugués del que creía, y el taxista que me sufrió desde el aeropuerto miente y dice que lo hablo bien, lo que da una idea de la buena onda que tiene esta gente.

2 thoughts on Parece que Sao Paulo…

  1. Entonces…Sao Paulo es similar a la Ciudad de México pero no tan agobiante? El tránsito más relajado? Y las calles son más anchas y aireadas?

    Aireada es la reacción que causa en mi estas impresiones. Sí, la Ciudad de México es altamente caótica, sobrepoblada, apabullante, injusta, terrible y veces muy gris. Pero como toda dualidad, tambien es la ciudad de la vida en cada esquina, del ingenio por la supervivencia y de las oportunidades para quien las aprovecha. También la metrópoli más antigua del hemisferio, la ciudad que se construyó sobre un lago y después sobre los templos y palacios de hombres que vinieron de Aztlán cuando los aborígenes no bajaban aún de los árboles de las selvas del sur. La ciudad que alberga más tesoros locales culturales e históricos que ninguna otra en el continente.

    Posiblemente tu visita a Sao Paulo fue una experiencia positiva, hay que reconocer que tiene unos restaurantes excepcionales, posiblemente los mejores de Latinoamerica, pero hace falta estar varado en la marginal Pinheiros tres horas antes de llegar a Guarulhos, hacer un zigzageo vomitivo por las maltradas callejuelas de Itaim o Morumbí para recorrer un kilometro, o descender a la miseria más estrujante en el descascarado centro de una ciudad monumento a la desigualdad social en Latinoamérica.

    Tal vez hace falta ver eso en Sao Paulo para valorar los Ejes Viales del maltrecho DF y verle otro color a ésta, la Ciudad de los Palacios.

    Saludos de un chauvinista (evidentemente mexicano)lector de blogs.

  2. Querido y anónimo Chauvinista,

    Creo que te perdiste un detalle. Vivo en México. Me encanta México. Recorriendo rincones ignotos aprendí a adorar al DF y los innumerables pueblitos que llevo visitados del interior del país.

    Pero las vialidades que transité en S

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