Y entonces?

Qué dicta la razón? Qué argumentos podemos esgrimir frente a todas las literaturas, los inconscientes colectivos, las opiniones especializadas, las veces y veces que nos repetimos lo mismo?

Agacharse o morir con la cabeza en alto? A alguien se le da la opción? Es lícito ofrecer a alguien la posibilidad de corromperse y por misteriosas causas esperar gratitud después? Quién vive con uno después de la ignominia?

Misterios que me superan ampliamente. Tengo la intuición de la respuesta a mi pregunta, pero no estoy en condiciones de enunciarla claramente todavía.

Tengo un desmadre en la cabeza.